¿Es posible la libertad con un gobierno socialista?
Los otros son el infierno, cito -creo que mal- a Sartre.
Si incluso nuestros propios pensamientos pueden transformarnos en demonios, o nuestros sueños pueden convertirse en infierno, ¿qué no será capaz de provocar en nosotros el roce con los demás?.
España atraviesa una insegura situación política porque -creo- el Gobierno elegido no responde a las expectativas generadas con la propaganda anunciada. O tal vez sí, pero entonces yo cometí el error, compartido por tantos compatriotas, de creer que fuera cual fuese el Gobierno que continuara al frente de España tras Aznar, el régimen del Estado iba a continuar siendo el mismo: un régimen democrático donde se respetan y garantizan los derechos a la propiedad privada, al libre comercio y mercado, libertad de pensamiento, asociación, opinión y expresión, religión, y un largo etcétera de valores que todo Estado civilizado -civilizado con raíces greco-romanas y judeo-cristianas- tiene asumido y respeta de manera tácita.
Y esta es una de las cuestiones que hoy más me preocupan: la garantía de las libertades y la capacidad de las autoridades para respetarlas y hacer que se respeten.
Muy rápidamente se suceden los hechos que me hacen dudar del mantenimiento de este régimen de libertad:
Me siento acosado como cristiano, como votante del Partido Popular aunque todavía tengo la posibilidad de decidir mi próximo voto. Me siento agredido por la intolerancia de los tolerantes.
Me ofende este Gobierno con sus insultos hacia mi religión y sus representantes.
Temo que no voy a poder manifestar, sin riesgo para mi persona, lo que soy.
Y aquí se resume todo. Porque cuando surge el miedo se ha aniquilado la libertad. Y toda democracia sin libertad o con miedo -tanto da- no vale nada.
Si incluso nuestros propios pensamientos pueden transformarnos en demonios, o nuestros sueños pueden convertirse en infierno, ¿qué no será capaz de provocar en nosotros el roce con los demás?.
Muy rápidamente se suceden los hechos que me hacen dudar del mantenimiento de este régimen de libertad:
Me siento acosado como cristiano, como votante del Partido Popular aunque todavía tengo la posibilidad de decidir mi próximo voto. Me siento agredido por la intolerancia de los tolerantes.
Me ofende este Gobierno con sus insultos hacia mi religión y sus representantes.
Temo que no voy a poder manifestar, sin riesgo para mi persona, lo que soy.
Y aquí se resume todo. Porque cuando surge el miedo se ha aniquilado la libertad. Y toda democracia sin libertad o con miedo -tanto da- no vale nada.
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