2005-04-05

Dignidad, Memoria

Dignidad, Memoria, Justicia.
Estas palabras, no, estos conceptos me incitaron a comenzar este cuaderno.
Coincidiendo con la manifestación convocada por la Asociación Víctimas del Terrorismo a finales de enero de este año, bajo ese lema, comencé la escritura virtual de estas páginas.
La manifestación se celebró el sábado 22 de enero y tristemente se convirtió en noticia no la legítima reivindicación de la memoria de las víctimas, sino la burda manipulación de un infame ministro del actual gobierno socialista que se inventó una agresión por parte de los asistentes, de algunos votantes o militantes del Partido Popular, para reclamar para sí toda la atención.
Ha resultado patético constatar que no existió agresión.
Ha resultado infame averiguar que el Ministro Bono, acudiendo a título particular a la manifestación, quiso arrogarse con el protagonismo de las verdaderas víctimas.
El Ministro Bono que tiene la desvergüenza de concederse inmerecidas medallas, se proclama adalid de las libertades y defensor de la paz, mientras se abraza a dictadores beligerantes a los que vende armas para aterrorizar a sus pueblos y acosar a los vecinos.

Dignidad, memoria -dejemos hoy la maltrecha Justicia- son conceptos universales que desprecia este Gobierno. Evidentemente se negaron a enviar ninguna representación adecuada a la manifestación de enero, pero ahora, con la muerte de Juan Pablo II el Papa Magnífico, no sólo se atreven a indignar al pueblo español, al que no representan, sino que ofenden y denigran el recuerdo y la memoria de uno de los más grandes hombres que ha conocido el mundo en el último siglo.

Infames son los socialistas y allá ellos, pero el Gobierno es de todos los españoles. También es mi Gobierno y sus actuaciones me avergüenzan y ofenden.
Y el Rey debiera hablar en representación del Reino de España, ya que el Gobierno no es digno representante de los españoles.