Investigación y vida
Hace años una compañera de trabajo quiso que suscribiera una petición para autorizar la investigación con células madre embrionarias al doctor Bernat Soria.
Su postulación estaba motivada por una implicación personal en la labor del doctor Bernat, porque un familiar padecía diabetes.
Yo rehusé apoyar esa campaña después de buscar una amplia información sobre las diferentes líneas de investigación que se estaban poniendo en marcha en todo el mundo. Tuve que justificar mi actitud alegando incluso compromisos morales ya que los razonamientos científicos no convencían a mi colega. Tampoco ese alegato a mi "objeción de conciencia" me evitó un reproche de insolidaridad.
Ahora, según publica Análisis Digital, la Humanidad encara un falso dilema: proteger la vida de los embriones o investigar con ellos para dar con la solución a las grandes enfermedades que nos azotan. ¿Cómo decirle a la cara a alguien como Christopher Reeve, el actor que encarnó a Superman y quedó parapléjico tras caerse de un caballo, que su campaña a favor de la investigación con embriones es inmoral? Reeve, como muchos otros, confió en que la investigación con células madre le permitiera volver a caminar. Y el sueño no es descabellado. Ocurre, simplemente, que las vías respetuosas con el ser humano son las que, hasta el momento, han monopolizado los hallazgos.
Lo peor de todo es que en esta sociedad imperfecta se repudia la vida, siendo inherente a la vida también el dolor y el sufrimiento.
Su postulación estaba motivada por una implicación personal en la labor del doctor Bernat, porque un familiar padecía diabetes.
Yo rehusé apoyar esa campaña después de buscar una amplia información sobre las diferentes líneas de investigación que se estaban poniendo en marcha en todo el mundo. Tuve que justificar mi actitud alegando incluso compromisos morales ya que los razonamientos científicos no convencían a mi colega. Tampoco ese alegato a mi "objeción de conciencia" me evitó un reproche de insolidaridad.
Ahora, según publica Análisis Digital, la Humanidad encara un falso dilema: proteger la vida de los embriones o investigar con ellos para dar con la solución a las grandes enfermedades que nos azotan. ¿Cómo decirle a la cara a alguien como Christopher Reeve, el actor que encarnó a Superman y quedó parapléjico tras caerse de un caballo, que su campaña a favor de la investigación con embriones es inmoral? Reeve, como muchos otros, confió en que la investigación con células madre le permitiera volver a caminar. Y el sueño no es descabellado. Ocurre, simplemente, que las vías respetuosas con el ser humano son las que, hasta el momento, han monopolizado los hallazgos.
Lo peor de todo es que en esta sociedad imperfecta se repudia la vida, siendo inherente a la vida también el dolor y el sufrimiento.
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