2005-11-14

Manifestación de apoyo a Israel, en Madrid

El pasado viernes 11 de noviembre de 2005 una convocatoria popular reunió a cientos de ciudadanos ante la embajada de Irán en Madrid para apoyar al Estado y al pueblo de Israel frente a las disparatadas declaraciones del Presidente de Irán alentando el exterminio del pueblo judío. En ese acto ante la embajada de Irán, leyó Gotzone Mora el siguiente manifiesto:

Los aquí reunidos queremos expresar nuestro apoyo al estado y al pueblo de Israel ante la declaración del presidente de Irán llamando a “borrar a Israel del mapa”. Consideramos que todos los países tienen derecho a vivir en paz. El llamamiento del mandatario iraní es un aliento a quienes practican el terrorismo. Frente a ellos, deseamos mostrar nuestra solidaridad con las víctimas del terror. Todos los seres humanos, con independencia de que vivan en Tel Aviv, Madrid o cualquier otro lugar, tienen derecho a vivir en paz y sin miedo de morir o perder a sus allegados en atentados.

La comunidad internacional y la opinión pública española deben condenar sin paliativos el llamamiento del Presidente de Irán, un líder fanático y teocrático, de cuya intolerancia es también víctima el pueblo iraní. La incitación a la destrucción de un país miembro de la ONU por parte de un jefe de estado es contraria a la Carta de las propias Naciones Unidas.

Ante la incitación al odio y al antisemitismo realizada por el presidente de Irán, nosotros proclamamos el derecho de Israel a existir y manifestamos nuestros deseos de paz para todos.

Ante la amenaza de destrucción, hoy, todos somos Israel.

Por la paz, la libertad y la democracia. Israel sí, gracias.

Addenda (15.11.2005)
El suplemento Exteriores de Libertad Digital publica un artículo de
Gustavo D. Perednik -autor, entre otras obras, de La Judeofobia (Flor del Viento), España descarrilada (Inédita Ediciones) y Grandes pensadores judíos (Universidad ORT de Uruguay) - respecto al cambio de actitud de los europeos ante Israel y el pueblo judío.

Lindera a Yenín está la aldea de Kabatia. Allí soldados israelíes dispararon contra Ajmed Ismaíl, un palestino de trece años (3-11-05) que portaba en sus brazos un fusil… que resultó ser de juguete. Cuando los soldados repararon en su trágico error, trasladaron al niño al hospital Rambam de Haifa, donde falleció. Pero el revoloteo de humanidad parece estar penetrando aun en regiones desoladas, y los padres de Ajmed decidieron donar sus órganos "en aras de la paz entre los pueblos". Cuando se les preguntó si objetarían que se beneficiaran de los transplantes niños judíos, fueron categóricos: "Un niño es un niño". Su mensaje simple y cristalino también debería enseñarse por doquier, especialmente a los periodistas que durante esta década lo han olvidado para defender causas cualesquiera.