Carta abierta a los Reyes Magos

Porque se trata de una carta abierta; porque está dirigida a los Magos de Oriente; porque enfoca hacia algunos males de nuestra sociedad -el despilfarro de la opulencia, el desprecio del esfuerzo, el desprestigio de la responsabilidad y la educación, etc.-; porque yo también requiero de los Magos más paciencia y comprensión...
Por todo ello, reproduzco la carta que publica Análisis Digital.

Carta abierta a los Reyes Magos de Federico Gómez Pardo

Queridos Reyes Magos:

¿Se os ha olvidado que podéis traer carbón a los niños y niñas que no han sido buenos, estudian poco o no son responsables?

Me parece que vuestra gran prodigalidad en regalar tantos juguetes a todos, no favorece en absoluto la cultura del esfuerzo y la responsabilidad. En cualquier caso os pediría que no trajerais a nadie más de dos o tres juguetes, y que destinéis los que os sobren de aquí al tercer mundo donde los necesitan más. Y que todo lo que les dejéis no contribuya a hacerles daño como personas. Así, por ejemplo, no deberíais regalar juguetes que inciten a la violencia, ni videojuegos que fomenten el racismo -que los hay-, o aquellos cuyo contenido no conozcan los padres. Tampoco conviene que dejéis aparatos de TV, ni ordenadores con Internet, si sabéis que estarán en las habitaciones particulares de los niños, y que estos podrán acceder a ellos sin control por parte de los padres.

Ya sé que los mayores no suelen escribiros; por ello permitidme que os pida algo en su nombre. Para los políticos deberíais traer pastillas contra la visceralidad y el sectarismo, y algún jarabe que les facilite la concordia y el consenso para solucionar los grandes temas de estado, como la educación, la sanidad, la inmigración o el terrorismo. Y para los fumadores algún tranquilizante; con la ley antitabaco que pronto entrará en vigor, se corre el peligro de que pasen a engrosar la ya abultada masa de los crispados y hacer que la convivencia en nuestro país se haga imposible.

¿Y para mí? Os agradecería un poco más de paciencia y comprensión. Os aseguro que cada día lo necesito más.

Vuestro afectísimo,
Federico.