2005-12-01

Ataques a la Iglesia Católica

Hoy se trata de blasfemias y de provocaciones de cobardes y viles criaturas. Pero se trata de una campaña de acoso que, lejos de atenuarse, crece día a día.
Envalentonados por una estúpida presunción de poder -sabedores del apoyo que las últimas elecciones le ha dado el pueblo soberano- pretenden imponer sus argumentos sin razón, por la fuerza de la mayoría.
Han mentido y acusan a la oposición de mentir.
Han ignorado las voces que claman por la libertad, por el respeto, por la dignidad de las personas, por el mantenimiento de un estado de derecho... y se creen que ostentan un poder supremo para hacer todo cuanto se les antoja.

Acusan y engañan. No es una actitud legítima en ningún régimen democrático, pero ellos lo ignoran.
Como nos ignoran a quienes defendemos, con la fuerza de la razón, nuestro derecho a reclamar un futuro mejor, fundamentando las bases para lograrlo, día a día, sin excusar nuestro esfuerzo en el empeño.

Y tratan de ofendernos, acosando y atacando nuestras raíces, nuestras esencias... ellos, que carecen de esencias aunque sean radicales, pero sólo por su extremismo visceral, intransigente y totalitario.

¡Resistiremos, sabedlo!