In memoriam. Siete víctimas
Después de que el Congreso de los Diputados autorizase al Gobierno de la nación a negociar con la banda terrorista ETA, al dolor creado por el asesinato de nuestros hijos, niños inocentes, hemos tenido que sumar el desasosiego y la ansiedad que produce el pensar que la sangre de nuestros hijos iba a servir de moneda de cambio en ese mal llamado proceso de paz. La semana pasada, intervino el Defensor del Pueblo, nuestro defensor y víctima, D. Enrique Múgica, y dejó muy claro que en el final de este proceso debería haber vencedores y vencidos.
Pocos días después, el III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo de Valencia, sirvió de aliento al ver que el mensaje del Sr. Múgica calaba de forma unánime entre las víctimas, "no a la negociación", y sí al final de la violencia pero con vencedores y vencidos. Congreso éste al que nuestro Presidente del Gobierno, coherente con sus actuaciones en materia de terrorismo, no asistió, porque no tenía valor a mirar a los ojos de las víctimas, y es que el Sr. Zapatero ha escogido el papel de Judas en esta última batalla que él mismo ha declarado a las víctimas del terrorismo.
El pasado día 18, la Vicepresidenta Dña. Teresa Fernández de la Vega dijo que la paz llegaría sin vencedores ni vencidos, lo cual, nos hiere, nos parte el alma y nos lleva a pedirle a esta señora que haga la siguiente reflexión:
Esos, los asesinos, que usted dice que no deben ser vencidos segaron la vida de nuestros niños, no tuvimos tiempo ni tan siquiera de explicarles que una banda de asesinos podía matarles; por ello, hemos decidido enviarle una fotografía de cada uno, para que las ponga en su mesa de despacho, junto a la Constitución Española, o en su mesita de noche como las tenemos nosotros y les explique por qué les asesinaron.
Si a todo político debemos exigirle que actúe con la diligencia de un buen padre de familia, a usted además, como mujer, le pedimos que actúe como una madre. No haga como el Sr. Rodríguez Zapatero, mire a los ojos a nuestros niños y después, y salvo que pueda devolverles la vida, piense de nuevo si debe haber vencedores y vencidos.
De continuar el Gobierno este demencial camino que ha tomado, sí va a haber vencedores y vencidos, pero con el papel totalmente cambiado, vencedores serán los asesinos, los criminales, los extorsionadores, los secuestradores de todo un Estado de Derecho. Los vencidos, los padres y madres de niños inocentes. Los padres, madres, hermanos de ciudadanos de bien a los que este Estado es incapaz de garantizarles lo único que les queda después de que los asesinos de ETA les arrebatan la vida: la Justicia, Memoria y Dignidad.
Álvaro Cabrerizo
Rosa Mª Alcaraz Martos
Teresa Esther Gay Escribano
Isabel Martos Damas
Antonia Santiago Méndez
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