PREPARARSE PARA UN ESTADO PALESTINO
El conflicto entre Israel y sus vecinos árabes está entre las crisis políticas más graves, perjudiciales y prolongadas a las que se enfrenta la comunidad internacional. Socava la seguridad y la prosperidad para israelíes y palestinos por igual. Viven al límite, con temor a la violencia, y sufren privaciones económicas. Los niños israelíes y palestinos no saben qué es ir al colegio sin sentir miedo e incertidumbre. No puede haber un compromiso con el terrorismo. Condeno el atentado terrorista del viernes en Tel Aviv en los términos más rotundos. Este cínico ataque subraya la importancia de las actividades de la Autoridad Palestina para establecer un aparato de seguridad creíble y capaz, que pueda responder con decisión a la amenaza terrorista. Celebro la determinación del presidente Mahmud Abbas para actuar contra los terroristas y acabar con la violencia.
Sin seguridad no existirá una base sólida para el progreso. Nuestro reto es trabajar juntos para llegar a un acuerdo definitivo y permanente, que estipule las necesidades y preocupaciones legítimas de todos los pueblos implicados. Esto requiere una negociación paciente y una idea clara sobre el destino final. En este entorno, hablar de nuevas iniciativas de paz puede dar pie al cinismo, a la idea de que ya se ha intentado todo y de que nada cambiará. No estoy de acuerdo con que nada pueda cambiar. No puede haber excusas para no hacer nada. Pero comprendo la idea de que las declaraciones grandilocuentes conseguirán poco. Por el contrario, tenemos que demostrar un progreso sólido sobre el terreno. Por eso hemos celebrado ayer una reunión en Londres para estudiar vías prácticas de apoyo a la Autoridad Palestina. Por ese motivo, el 12 de noviembre el presidente Bush y yo presentamos un plan de cinco puntos en Washington. Y todos nos sentimos alentados por el progreso de ese plan hasta el momento.
Primero: volver a comprometerse con la idea de dos Estados, como se planteaba en la Hoja de Ruta. Ahora, más que nunca, hay un consenso internacional para avanzar. Lo más importante es que existe una Administración estadounidense dispuesta a comprometerse. La semana pasada, el presidente Bush volvió a dejar claro en Bruselas que la paz en Oriente Próximo era una prioridad de su programa, describiéndola como «su mayor oportunidad y su objetivo inmediato». La iniciativa política de EE.UU. es un elemento esencial para un proceso de paz reactivado. Pero el resto de la comunidad internacional, en especial la región, el Cuarteto, la Unión Europea y la ONU, deberán realizar importantes aportaciones. El hecho de que unos 30 líderes internacionales, entre ellos Kofi Annan y numerosos ministros de Asuntos Exteriores de la región y la UE, asistieran ayer a la Asamblea de Londres subraya el compromiso renovado de la comunidad internacional.
Segundo: apoyar a los palestinos cuando celebren elecciones democráticas a una nueva presidencia. Ahora existe un nuevo gobierno palestino, que ha subido al poder gracias a unas elecciones que, a pesar de las difíciles condiciones, revelaron la determinación del pueblo palestino de demostrar sus credenciales democráticas. Estas elecciones han dado nuevas esperanzas a los palestinos y al mundo.
Tercero: movilizar el apoyo internacional a un plan para garantizar que los palestinos dispongan de la infraestructura política, económica y de seguridad que necesitan para crear un Estado viable. Cuando me reuní con Mahmud Abbas en diciembre, le pidió a la comunidad internacional que apoyara la creación de una institución palestina como un paso hacia la independencia y la soberanía. Es esencial que lo hagamos. Y ahora es el momento.
Por eso convocamos la Asamblea de Londres. El objetivo de la reunión fue alentar a la comunidad internacional a que apoye los planes de la Autoridad Palestina para la creación de instituciones de un Estado palestino viable. Dará lugar a una serie de importantes resultados prácticos. Éstos incluyen una visión de conjunto para mejorar la Autoridad Palestina, planteada por el presidente Mahmud Abbas y que cubre los aspectos clave de gobierno, economía y seguridad. En respuesta a ello, la comunidad internacional se comprometerá con: un nuevo grupo para la seguridad dirigido por EE.UU.; la revisión y racionalización de la ayuda internacional a la Autoridad Palestina; un nuevo papel de la Comisión Europea y el Banco Mundial para garantizar un seguimiento en los ámbitos económico y de gobierno; ayuda a las prioridades económicas de la Autoridad Palestina a corto plazo; acuerdo sobre una reunión de donantes internacionales a finales de junio; una nueva actividad capitaneada por el Banco Mundial para alentar la participación del sector privado internacional; y un nuevo esquema de garantía de préstamos.
Cuarto: respaldar y apoyar el plan del primer ministro Sharón para retirarse de Gaza y algunas zonas de Cisjordania. Ésta ha sido una decisión difícil para Israel, pero celebro el acuerdo del gabinete israelí la semana pasada para seguir adelante con su plan. Esta retirada sólo puede suponer un primer paso hacia un acuerdo final que instaure un estado palestino viable junto a un estado de Israel seguro. Pero es un primer paso significativo, y el Gobierno palestino sabe que debe estar preparado para él, dispuesto y con capacidad para convertirlo en un éxito. De nuevo, la Asamblea de Londres ayudará a los palestinos a prepararse.
A su vez, Israel debe llevar a cabo su retirada de modo que permita que la actuación de la Autoridad Palestina sea fructífera. La retirada de Gaza debe ser completa. Las incursiones deben acabarse y hay que terminar con los cierres, a la vez que se tiene en cuenta la propia seguridad israelí. Gaza debe estar abierta al comercio, incluso mediante un puerto y un aeropuerto en funcionamiento.
Quinto: los primeros cuatro pasos sentarán las bases de un progreso más rápido en la Hoja de Ruta. La Hoja de Ruta es esencial. Todo el mundo sigue comprometido con ella, lo cual ofrece un marco de trabajo consensuado para acabar con la violencia y reanudar las negociaciones en torno a los aspectos más complejos. Pero durante los dos últimos años, el progreso se ha visto obstaculizado por una falta de confianza entre ambas partes. Debemos regresar a un proceso de acciones recíprocas que generen confianza y fomenten un progreso real.
La Asamblea de Londres se ha celebrado en un momento de promesas y oportunidades para israelíes y palestinos. Se suma al impulso positivo creado por el encuentro entre Ariel Sharón y Mahmud Abbas en Sharm al-Sheij el 8 de febrero. Es una oportunidad importante para que la Autoridad Palestina busque y obtenga el apoyo internacional que necesita para alcanzar sus objetivos. Permitirá que la Autoridad Palestina demuestre que es un socio creíble para la paz, capaz de hacer de la retirada israelí un éxito y de cumplir con sus obligaciones según la Hoja de Ruta. Esto permitirá que la Autoridad Palestina e Israel, con el apoyo internacional, pongan en práctica la Hoja de Ruta y acaben con la violencia, que ha causado tanto sufrimiento a israelíes y palestinos. Quiero ver cómo ocurre. Creo que los pueblos de Israel y Palestina también lo desean.
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