Análisis de la destrucción de una nación
En el interesantísimo artículo de José María Marco en La ilustración liberal, se comparan las respuestas que los ciudadanos han dado ante el terrorismo islamista cuando todavía no se había producido el ataque en Londres. Sin embargo, el análisis se centra en la peculiaridad del crimen de Madrid que ha provocado un cambio de régimen, legitimado por la sociedad civil.
Y sorprende la peculiaridad del caso español porque el terrorismo ha contado con un aliado entre las propias estructuras sociales y estatales contra las que se dirigían.
Si el terrorismo es esencialmente el uso de la violencia para socavar la estructura que conforma los Estados, derrocar el poder establecido, normalmente legitimado por la sociedad, y promover la transformación del régimen regulador del derecho constituido, ninguna de esas estructuras puede sucumbir a la presión del terror, porque es entonces cuando todo el edificio se arruina y se desmorona.
Por ese motivo es incomprensible que haya existido un partido en España que ha contribuido a hostigar al Gobierno legítimo con los argumentos que esgrimen los terroristas. Pero no son muchos quienes reconocen que el actual Gobierno del Reino de España es fruto de ese acoso, especialmente quienes no comprenden las palabras de José María Marco:
"El otro ataque ocurrió el 11 de marzo de 2004 en Madrid, y en este caso los electores optaron por rechazar la misma opción política que los australianos respaldaron más tarde. El Gobierno del Partido Popular, que había hecho suya la doctrina norteamericana ante el terrorismo islamista, fue desalojado del poder y sustituido por el Partido Socialista, apoyado en la Cámara de Diputados por diversos partidos radicales, nacionalistas y de extrema izquierda."
Porque quienes se niegan a entender estas palabras son los que aprovechan la ocasión, cuando las pronunciamos, para llamarnos extremistas y fascistas.
Y hoy, además, nos responsabilizan de los asesinatos de al menos 24 niños que recibían cuadernos y dulces de los soldados norteamericanos en Iraq.
Y sorprende la peculiaridad del caso español porque el terrorismo ha contado con un aliado entre las propias estructuras sociales y estatales contra las que se dirigían.
Si el terrorismo es esencialmente el uso de la violencia para socavar la estructura que conforma los Estados, derrocar el poder establecido, normalmente legitimado por la sociedad, y promover la transformación del régimen regulador del derecho constituido, ninguna de esas estructuras puede sucumbir a la presión del terror, porque es entonces cuando todo el edificio se arruina y se desmorona.
Por ese motivo es incomprensible que haya existido un partido en España que ha contribuido a hostigar al Gobierno legítimo con los argumentos que esgrimen los terroristas. Pero no son muchos quienes reconocen que el actual Gobierno del Reino de España es fruto de ese acoso, especialmente quienes no comprenden las palabras de José María Marco:
"El otro ataque ocurrió el 11 de marzo de 2004 en Madrid, y en este caso los electores optaron por rechazar la misma opción política que los australianos respaldaron más tarde. El Gobierno del Partido Popular, que había hecho suya la doctrina norteamericana ante el terrorismo islamista, fue desalojado del poder y sustituido por el Partido Socialista, apoyado en la Cámara de Diputados por diversos partidos radicales, nacionalistas y de extrema izquierda."
Citado con permiso de La ilustración liberal.
Porque quienes se niegan a entender estas palabras son los que aprovechan la ocasión, cuando las pronunciamos, para llamarnos extremistas y fascistas.
Y hoy, además, nos responsabilizan de los asesinatos de al menos 24 niños que recibían cuadernos y dulces de los soldados norteamericanos en Iraq.
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