2005-12-21

Proposición rechazada

El siguiente discurso fue expuesto ante el Congreso de los Diputados por el diputado del Partido Popular don Ignacio Astarloa para solicitar la reprobación de la Cámara a los diputados de ERC Joan Tardá y Joan Puig que, tras presenciar el acoso a la libertad de expresión y el hostigamiento a la cadena de radio COPE en Madrid, el 30 de noviembre, dieron amparo a los provocadores en la propia sede parlamentaria.

La Proposición no de Ley que defiendo en nombre de mi Grupo parlamentario plantea una cuestión sencilla pero a la que otorgamos la máxima relevancia. Se trata de condenar, sin matices ni reservas, un acto antidemocrático y grave de ataque y provocación a un medio de comunicación por miembros de un partido político que tiene responsabilidades de gobierno.

Relato de los hechos.
El asalto y encadenamiento de miembros de las Juventudes de un Partido Político con representación en esta Cámara -ERC- ante la sede de la Cadena COPE en Madrid, acompañados por dos Diputados. Con caretas. Con pancartas que atribuyen odio al discrepante. Con el símbolo del prohibido tijeras que usa esa formación política para su campaña de que no se recorte el Estatuto, para que quede claro de que no se puede discrepar. Y vestidos con uniforme de mono amarillo. Todo ello acompañado de las correspondientes cámaras para dejar testimonio del asalto.
Análisis de una actitud.
Hablo de un acto más de los mismos reventadores de tantas cosas. Entre otras, de conferencias en la universidad de no nacionalistas, de presentaciones de libros ajenos a la ortodoxia nacionalista o de actos políticos de plataformas cívicas no nacionalistas. Hablo de gente a la que no le valen los métodos pacíficos de la democracia y que se esfuerza en evidenciar discordia, imposición y odio. Aquí, la provocación y la amenaza ha sido a periodistas. Coacción para la mordaza de periodistas. Por usar las palabras de los provocadores, para intimidar periodistas "pacífica y silenciosamente".
Y provocación y amenaza para mucha gente. Para los miles de oyentes de la emisora. Y más directamente para las decenas de personas que hacían cola a la puerta de la COPE para respaldar la iniciativa de otros periodistas en defensa de la misma. Remedando la chulería y la provocación que hemos visto tantas veces en el País Vasco cuando a quienes piden que se deje de matar se les colocan enfrente gente muy indeseable.
Y quien se planta en la puerta de la emisora es gente que tiene el poder y que desde el poder está moviendo licencias para desenchufar los micrófonos y preparando una Ley para que un ente gubernamental pueda juzgar y sancionar la veracidad de las informaciones. Toda una campaña del poder para facilitar que se consume suspensión y clausura. Campaña a la que hoy se oponen centenares de miles de personas que hoy han presentado sus firmas pidiendo protección al Parlamento Europeo. Tantas firmas como el número de votos que al Presidente le parecen tan valiosos como para extender un gran paraguas sobre los desmanes de ERC.
Argumentos morales.
¿Cómo no apoyar señorías una proposición que condene esta agresión a las libertades, estas amenazas impresentables en forma e intolerables en fondo a la libertad de expresión? ¿Cómo permitir que un hecho así pase sin respuesta, sume precedentes y avise de malos augurios de futuro sin, por lo menos un sencillo acto de reprobación de esta Cámara? ¿Va a guardar nuestra democracia indiferencia ante la organización de una violencia que reemplaza al Estado? ¿Ante la cercenación unilateral de libertades en nombre de la libertad exclusiva de los propios?

Crítica de las infames actitudes totalitarias.
Algunos, para callar, alzan la voz denunciando que no les gusta lo que se dice. Que la libertad de expresión tiene límites. Es obvio, pero no lo es menos que lo que hoy debemos proteger no es ya a unos periodistas en concreto, que también, sino un principio capital para la democracia. Que un Gobierno no puede perseguir la libertad de crítica. Que un partido no puede responder a la crítica amenazando al crítico. Y si no se esta de acuerdo, ahí están los jueces. Claro que no debe gustarles que en coincidencia temporal el Tribunal Supremo confirme al Tribunal Superior de Justicia que desautoriza la renovación de esas licencias.

Hostigamiento e impunidad.
Hay un motivo añadido y no menos grave por el cual esta cámara no puede mantenerse indiferente. Condena al respaldo de los Diputados Joan Tarda y Joan Puig, que dirigieron las operaciones. Empeñados en hacer política con el tremendismo de la ilegalidad y la amenaza. Probablemente, los jueces lo dirán, han cometido delitos: antes contra la propiedad violando un domicilio particular con un grupo de personas, allanando piscinas con el carnet de Diputado en la boca, ahora contra la libertad y la seguridad.
Pero al margen del código penal han cometido delito de lesa democracia con una conducta grotesca, antidemocrática y antiparlamentaria que insulta a esta casa. Que nos insulta a todos, y con nosotros a todos los millones que representamos. Que arrasando el decoro de la Cámara, la dignidad y la ejemplaridad que nos es reglamentaria y éticamente debida y la no invocación de la condición de parlamentario para actividades ajenas a la misma y, peor aún, contrarias a lo que ser representante del pueblo significa. Uso indebido e indigno de su condición
Lamentamos que la Mesa no haya permitido que la Comisión se haya pronunciado sobre ello. Pero ahora tienen todos Vds. la posibilidad de trasladar a los ciudadanos que somos gente digna que no andamos asaltando piscinas ni cadenas de radio. Y tiene la posibilidad de sentar buena doctrina democrática, dejando claro que dos Diputados de la mayoría gubernamental no pueden participar en el asalto a medios de comunicación.
Incomprensiblemente el Presidente Rodríguez Zapatero se ha negado a reprobar este tipo de conductas. Lo rehusó a pregunta de Rajoy. Lo rehusó a pregunta TV. Incluso rehusó el día de la Fiesta de la Constitución. Unas cosas le gustan mas que otras y respetar el derecho de todos. Menos mal. Pero no basta, menos aún cuando tampoco quiso cuestionar el 13-M, página más que negra de nuestra historia reciente.

Argumentos políticos. Ética, dignidad y respeto.
El Presidente debe ser obligadamente un garante libertad, defensor de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como lo es esta Cámara. Y en ese capítulo, como en tantos otros, le echamos de menos. ¿Cómo no echar en falta a un Presidente del Gobierno que en lugar de proteger, exculpa, disimula y minimiza el atropello?. Se convierte en garantía de impunidad. En ausencia del Gobierno queda esta Cámara.
Lo nunca visto en esta casa. Pasquines en los servicios del Congreso difamando al Portavoz del PP. Agresiones a un Diputado en los pasillos por invitados de otro Grupo, amenazas de querellas institucionales contra opiniones Y fuera de esta casa. Hoy mismo debatimos que no se detenga ilegalmente a militantes de un PP por asistir a una manifestación que no gusta al Gobierno. Hoy mismo se aprueba en Cataluña un Consejo Audiovisual que va a cuestionar la veracidad de los periodistas. Hoy mismo se esta denunciando/investigando/sancionando por utilizar el castellano. Peligrosísimo balance para el talante en tan poco tiempo. Pura intolerancia. Y grave tancredismo ante actos rotundamente totalitarios. Y muy peligrosos.
Y lo que más nos preocupa es que se legitime que cabe la ofensa y la amenaza al discrepante. Sabemos que ante la grave situación que vive España han decretado silencio. Son legión las descalificaciones y los insultos de hojalata que hoy se utilizan para apalear al disidente del dogma nacionalista.
No avalemos el camino de la violencia. Desde que Zapatero está en el Gobierno se han roto demasiadas cosa, demasiadas convenciones comunes, demasiados consensos. Eso es de por sí bastante grave. No permitan que se rompa también en el consenso básico mínimo sobre las reglas mas elementales de la libertad y de la democracia. No permitan que las bajas tentaciones autoritarias se impongan con rutina. No permitan que se imponga la dictadura de los estrictamente minoritarios, ni en las políticas sobre nuestra convivencia ni sobre nuestra convivencia misma.