Una gala para una película
Una vez más el cine español se rinde su homenaje. En las anteriores ediciones las noticias del evento reseñaban, principalmente, las reivindicaciones que los artistas e intelectuales proclamaban asumiendo la representatividad de la sociedad española. Porque era necesario acusar al Gobierno del Partido Popular de los males del mundo: el desgraciado accidente del Prestige, o la batalla definitiva para derrocar el régimen dictatorial de Sadam -largamente aplazada, desde la lejana guerra del Golfo que apoyara el Presidente González-.
Este año no hubo ningún tipo de reivindicación política tal y como ocurrió en las últimas ediciones. Ni siquiera alguna referencia con lo ocurrido este mismo domingo. Ni una palabra directa en contra del terrorismo, que había vuelto a hacerse presente con un atentado en Denia, ni tampoco para volver a mencionar a Irak, esta vez tal vez para felicitar a sus ciudadanos que fueron a votar en masa en las elecciones.
Sin embargo, no es cierto que esta gala estuviera exenta de reivindicación, no tanto política, como social. La presencia del Presidente del Gobierno, ese mismo Presidente que anula citas internacionales, que no encuentra tiempo, oportunidad ni, siquiera, representante digno para acompañar a las víctimas del terror, cuando mayoritariamente son víctimas de los terroristas separatistas de la ETA, ese Presidente viste sus mejores galas para homenajear al cine español. El Presidente Rodríguez se digna rendir homenaje a un cine muy particular, cuando la sociedad española, más por pasiva que por activa, lo rechaza.
Pero ese mismo Presidente fue incapaz de mostrar siquiera el más mínimo respeto hacia la bandera de un aliado, en el desfile anual más importante de los ejércitos españoles.
Desplantes a los símbolos, acoso a las instituciones, ofensa a las costumbres y tradiciones centenarias y milenarias en España...
Este Presidente es tan sectario en su representatividad que no es extraño que quienes pretenden aniquilar España afirmen su intención e incrementen su acoso.
Y vuelvo a afirmar que también en esta ocasión ha habido reivindicaciones, quizá no hostilidad manifiesta contra el Gobierno, salvo para reiterar acusaciones hacia el anterior Gobierno presidido por Aznar, que tuvo una dignidad que no es capaz de representar Rodríguez.
En esta ocasión, la reivindicación es parte programática del partido que sustenta al Gobierno. Una reivindicación social artificiosa que propugna la eutanasia. Y de ahí la apología planteada en la película de Amenábar, que cuenta con todo el respaldo de este Gobierno y su Presidente.
Pero ese mismo Presidente fue incapaz de mostrar siquiera el más mínimo respeto hacia la bandera de un aliado, en el desfile anual más importante de los ejércitos españoles.
Desplantes a los símbolos, acoso a las instituciones, ofensa a las costumbres y tradiciones centenarias y milenarias en España...
Este Presidente es tan sectario en su representatividad que no es extraño que quienes pretenden aniquilar España afirmen su intención e incrementen su acoso.
Y vuelvo a afirmar que también en esta ocasión ha habido reivindicaciones, quizá no hostilidad manifiesta contra el Gobierno, salvo para reiterar acusaciones hacia el anterior Gobierno presidido por Aznar, que tuvo una dignidad que no es capaz de representar Rodríguez.
En esta ocasión, la reivindicación es parte programática del partido que sustenta al Gobierno. Una reivindicación social artificiosa que propugna la eutanasia. Y de ahí la apología planteada en la película de Amenábar, que cuenta con todo el respaldo de este Gobierno y su Presidente.
Juan Orellana también comparte la opinión de que esta Gala no ha estado exenta de politización.
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