España sin Ejército
Sí. Asistimos a la destrucción de la patria.
España ya no necesita Ejército. Por esa razón se ha nombrado al Sr. Bono Ministro de Defensa, que -orgulloso- proclama preferir dejarse morir a tener que matar. Sí, absurdo, incluso malsonante en nuestro idioma dicho así: dejarse morir. Él empleó la expresión inteligible: prefiero que me maten a tener que matar. Tampoco es lo mismo dejarse morir que dejarse matar, ni preferir morirse...
Pero tan experto cínico, sutil y sibilino, demuestra nuevamente su maestría en el arte de la confusión.
En el arte de la confusión, el actual Gobierno, en pleno, infunde el magisterio. Y nada es ya, ni semeja, lo que debiera ser.
Según informaba ayer la Agencia Servimedia, una de las enmiendas presentadas por los peneuvistas al proyecto de ley orgánica de la Defensa Nacional que se tramita en el Congreso, es la de sustituir el artículo en que se alude que entre las funciones de las Fuerzas Armadas está el defender la actual configuración de la nación española.
Su enmienda propone una redacción distinta al artículo 14, incluido en el Título III, que se refiere a las “Misiones de las Fuerzas Armadas y su Control Parlamentario” y que alude al papel que da la Constitución a los militares en la defensa de la integridad del país. Los nacionalistas vascos piden que el punto primero de este artículo haga referencia únicamente a que el Ejército (en lugar de las Fuerzas Armadas, según establece la Constitución) tiene entre sus misiones el “contribuir militarmente a la seguridad de España y de sus aliados·”, y que deben “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Según el partido que preside Josu Jon Imaz, con la redacción actual, parece que el Gobierno quiera atribuir al Ejército “una función policial represiva de cara al interior del propio Estado y una función realmente militar únicamente de cara al exterior”. El PNV pide también la supresión de diversos artículos del proyecto de ley del Ejecutivo, entre los que están los referidos a que, durante un conflicto bélico, la Guardia Civil y la Policía Nacional pasarían a depender del Consejo de Defensa Nacional. Los nacionalistas vascos quieren eliminar el artículo 28, que hace referencia al Centro Nacional de Inteligencia y a que este organismo “contribuirá a la obtención, evaluación e interpretación de la información necesaria para prevenir y evitar riesgos o amenazas que afecten a la independencia e integridad de España”.
Pero tan experto cínico, sutil y sibilino, demuestra nuevamente su maestría en el arte de la confusión.
En el arte de la confusión, el actual Gobierno, en pleno, infunde el magisterio. Y nada es ya, ni semeja, lo que debiera ser.
Según informaba ayer la Agencia Servimedia, una de las enmiendas presentadas por los peneuvistas al proyecto de ley orgánica de la Defensa Nacional que se tramita en el Congreso, es la de sustituir el artículo en que se alude que entre las funciones de las Fuerzas Armadas está el defender la actual configuración de la nación española.
Su enmienda propone una redacción distinta al artículo 14, incluido en el Título III, que se refiere a las “Misiones de las Fuerzas Armadas y su Control Parlamentario” y que alude al papel que da la Constitución a los militares en la defensa de la integridad del país. Los nacionalistas vascos piden que el punto primero de este artículo haga referencia únicamente a que el Ejército (en lugar de las Fuerzas Armadas, según establece la Constitución) tiene entre sus misiones el “contribuir militarmente a la seguridad de España y de sus aliados·”, y que deben “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
Según el partido que preside Josu Jon Imaz, con la redacción actual, parece que el Gobierno quiera atribuir al Ejército “una función policial represiva de cara al interior del propio Estado y una función realmente militar únicamente de cara al exterior”. El PNV pide también la supresión de diversos artículos del proyecto de ley del Ejecutivo, entre los que están los referidos a que, durante un conflicto bélico, la Guardia Civil y la Policía Nacional pasarían a depender del Consejo de Defensa Nacional. Los nacionalistas vascos quieren eliminar el artículo 28, que hace referencia al Centro Nacional de Inteligencia y a que este organismo “contribuirá a la obtención, evaluación e interpretación de la información necesaria para prevenir y evitar riesgos o amenazas que afecten a la independencia e integridad de España”.
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