¡Ánimo!
He reflexionado sobre mi natural tendencia al desánimo, constatando que se trata de un estado que comparto con aquellas personas con las que tiendo a identificarme y que me son más afines por ideología, cultura, inquietudes sociales o económicas...
Tal vez sea una percepción inversa al discurrir de la realidad. Trataré de explicarlo: pudiera ser que la afinidad sea el resultado de compartir una similar percepción del mundo. En todo caso, lo cierto es que coincidimos en apreciaciones y valoraciones de los acontecimientos y además nos identificamos como pertenecientes a la misma comunidad.
Por esa razón, porque sé que ya no estoy solo, procuraré promover la empatía de nuestros sentimientos con el universo que nos circunda, comenzando, evidentemente, por lo más próximo e inmediato, tanto en lo espacial como en lo temporal.
Y mi propósito primero es enmendar el desánimo. Afrontar las dificultades con valentía y esforzarme en la consecución de un mundo mejor día a día.
No sirve de nada, apenas ha surtido efecto hasta ahora, la denuncia constante de los errores, si no hacemos actuar los engranajes que creemos que solucionan el problema, asumiendo -lo añado con temor- el riesgo de provocar un mal mayor quizás destrozando la maquinaria que está atascada. Pero sólo si asumimos el compromiso de sustituir las piezas estropeadas estaremos en el buen camino para superar todos los problemas actuales.
He constatado que resulta contraproducente la crítica veraz de los errores ajenos. Sólo el buen ejemplo de la correcta actuación incita a que el errado trate de subsanar los fallos, evitando su humillación, aunque no siempre es posible evitarle la vergüenza. Peor es descubrir que el mal no fue consecuencia de torpeza sino de mala fe, porque entonces la respuesta a nuestro empeño de solucionar los fallos es contestado con rencor, con hostilidad y con mayor encono para provocar la destrucción total.
Bueno, ánimo y que Dios nos asista y la inteligencia nos ilumine.
Tal vez sea una percepción inversa al discurrir de la realidad. Trataré de explicarlo: pudiera ser que la afinidad sea el resultado de compartir una similar percepción del mundo. En todo caso, lo cierto es que coincidimos en apreciaciones y valoraciones de los acontecimientos y además nos identificamos como pertenecientes a la misma comunidad.
Por esa razón, porque sé que ya no estoy solo, procuraré promover la empatía de nuestros sentimientos con el universo que nos circunda, comenzando, evidentemente, por lo más próximo e inmediato, tanto en lo espacial como en lo temporal.
Y mi propósito primero es enmendar el desánimo. Afrontar las dificultades con valentía y esforzarme en la consecución de un mundo mejor día a día.
No sirve de nada, apenas ha surtido efecto hasta ahora, la denuncia constante de los errores, si no hacemos actuar los engranajes que creemos que solucionan el problema, asumiendo -lo añado con temor- el riesgo de provocar un mal mayor quizás destrozando la maquinaria que está atascada. Pero sólo si asumimos el compromiso de sustituir las piezas estropeadas estaremos en el buen camino para superar todos los problemas actuales.
He constatado que resulta contraproducente la crítica veraz de los errores ajenos. Sólo el buen ejemplo de la correcta actuación incita a que el errado trate de subsanar los fallos, evitando su humillación, aunque no siempre es posible evitarle la vergüenza. Peor es descubrir que el mal no fue consecuencia de torpeza sino de mala fe, porque entonces la respuesta a nuestro empeño de solucionar los fallos es contestado con rencor, con hostilidad y con mayor encono para provocar la destrucción total.
Bueno, ánimo y que Dios nos asista y la inteligencia nos ilumine.
2 Comentarios:
No vamos a dejar de desazonarnos por las actuaciones de los villanos que nos gobiernan. Tú sabes, y los que visitamos habitualmente este cuaderno, no dudamos que la crítica serguirá contestada con saña, pero estoy seguro que venceremos, porque en nosotros no habita el odio ni el rencor. Veremos.
Amigos, perdonad por el lapsus cálami de mi anterior comentario escrito a altas horas de la madrugada. En realidad, no dudamos. Suprimid estas dos palabras.
Escribir un comentario
<< Volver al comentario más reciente