Todavía hay más esperanza
A la propuesta de don Jesús García Burillo, Obispo de Ávila, para que le sea concedido el Premio Príncipe de Asturias 2005 a las Hijas de la Caridad, añado hoy, con la exquisita ironía que le caracteriza, la sugerente iniciativa de don Amando de Miguel. Y cito de su artículo enlazado a esta reseña:
"Espero que mis lectores me apoyen para proponer su candidatura al próximo Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación. Y si no, díganme qué otro medio ha seguido una estela tan rampante en la constelación de periódicos digitales españoles. La cuestión no es de mérito, que lo tiene suficiente Libertad Digital. Su reconocimiento a través de un premio tan destacado como el del Príncipe de Asturias equivaldría a que el “pensamiento dominante” aceptara la presencia de LD en la galaxia cultural."
Cuenten conmigo ambas propuestas que realmente conferirían dignidad a los Premios y realzarían su prestigio, porque, además, una sociedad capaz de reconocer los valores que estas instituciones representan es necesaria en España. Pero a mi desconfianza de ayer en los méritos del jurado, mi pesimismo de hoy.
Mientras tanto, seguiremos promoviendo una sociedad mejor para construir la España que necesitamos. Y concordia, solidaridad, cultura, libertad, protagonismo del hombre, de las personas humanas, en sociedad para mejorar el mundo a nuestro alrededor. En nuestro tiempo.
Sea.
Ahora nos queda un sueño, que se premien a las Hijas de la Caridad y a Libertad Digital.
"Espero que mis lectores me apoyen para proponer su candidatura al próximo Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación. Y si no, díganme qué otro medio ha seguido una estela tan rampante en la constelación de periódicos digitales españoles. La cuestión no es de mérito, que lo tiene suficiente Libertad Digital. Su reconocimiento a través de un premio tan destacado como el del Príncipe de Asturias equivaldría a que el “pensamiento dominante” aceptara la presencia de LD en la galaxia cultural."
Cuenten conmigo ambas propuestas que realmente conferirían dignidad a los Premios y realzarían su prestigio, porque, además, una sociedad capaz de reconocer los valores que estas instituciones representan es necesaria en España. Pero a mi desconfianza de ayer en los méritos del jurado, mi pesimismo de hoy.
Mientras tanto, seguiremos promoviendo una sociedad mejor para construir la España que necesitamos. Y concordia, solidaridad, cultura, libertad, protagonismo del hombre, de las personas humanas, en sociedad para mejorar el mundo a nuestro alrededor. En nuestro tiempo.
Sea.
Ahora nos queda un sueño, que se premien a las Hijas de la Caridad y a Libertad Digital.
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