¿Atentado en el Congreso?
Las bombas de la ETA estallan provocando estragos, crímenes sangrientos y muertes, desolación...
Los asesinos de la ETA disparan sus armas con la pretensión de matar, pero la finalidad de sus actos no es tanto acabar con las vidas de las personas cuanto extender el terror -nadie está a salvo- o extorsionar con una presión intolerable en la infame negociación entre criminales y demócratas.
No todas las ideas son igualmente defendibles en democracia -la tolerancia tiene un límite, aunque sólo sea para frenar al intolerante-, porque en caso contrario la propia defensa del destructor de la democracia causará su aniquilamiento.
El diálogo es fundamental en un régimen que se rige por un parlamentarismo deliberador, pero existen unas leyes.
Hoy se presenta en el Pleno del Congreso el "plan Ibarretxe", que se define como un nuevo Estatuto.
La mitad de los ciudadanos de las provincias vascas quizás sientan el mismo terror que cuando estalla una bomba de la ETA. Muchos españoles sentimos que la aniquilación de España está próxima. Todavía no ha estallado el artefacto, pero la banda ha anunciado su colocación. A diferencia de otros artefactos destructores ahora sabemos quién es el artificiero que la ha ideado, quién la ha colocado y lo más espantoso de este caso, es que asistimos a la paralización de todo intento para contrarrestar los daños. La autoridad no sólo no advierte del peligro, sino que acoge al activista que trae el explosivo y lo escolta hasta su objetivo.
Cuando la bomba estalle, España saltará por los aires y quedará el cadáver insepulto de un país.
PS.2005-02-08
Muy acertadas las notas clínicas que señala Jon Juaristi en su artículo del 8 de febrero en ABC.
No es el mismo planteamiento la independencia soberana del País Vasco que pretende el PNV con el apoyo de la ETA, que el federalismo de Maragall para la Cataluña republicana.
No todas las ideas son igualmente defendibles en democracia -la tolerancia tiene un límite, aunque sólo sea para frenar al intolerante-, porque en caso contrario la propia defensa del destructor de la democracia causará su aniquilamiento.
El diálogo es fundamental en un régimen que se rige por un parlamentarismo deliberador, pero existen unas leyes.
Hoy se presenta en el Pleno del Congreso el "plan Ibarretxe", que se define como un nuevo Estatuto.
La mitad de los ciudadanos de las provincias vascas quizás sientan el mismo terror que cuando estalla una bomba de la ETA. Muchos españoles sentimos que la aniquilación de España está próxima. Todavía no ha estallado el artefacto, pero la banda ha anunciado su colocación. A diferencia de otros artefactos destructores ahora sabemos quién es el artificiero que la ha ideado, quién la ha colocado y lo más espantoso de este caso, es que asistimos a la paralización de todo intento para contrarrestar los daños. La autoridad no sólo no advierte del peligro, sino que acoge al activista que trae el explosivo y lo escolta hasta su objetivo.
Cuando la bomba estalle, España saltará por los aires y quedará el cadáver insepulto de un país.
PS.2005-02-08
Muy acertadas las notas clínicas que señala Jon Juaristi en su artículo del 8 de febrero en ABC.
No es el mismo planteamiento la independencia soberana del País Vasco que pretende el PNV con el apoyo de la ETA, que el federalismo de Maragall para la Cataluña republicana.
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