¡Queremos saber!
Sí, queremos saber.
Después de más de un año de Gobierno Rodríguez, los disparates de sus ministros y, sobre todo, de sus ministras son tantos, y a cual más descabellado, que queremos saber si ha propuesto un concurso secreto en el Gabinete para premiar al que diga más disparates en menos tiempo, al que pronuncie el disparate mayor o, más sencillo, pretende que todo su Gobierno ingrese en el libro de oro de Guinness a la mayor sarta de sandeces de la historia.
Sí, Sr. Rodríguez, queremos saber, queremos un Gobierno que no nos mienta, pero sobre todo, un Gobierno que no nos tome por imbéciles.
Sí, Sr. Rodríguez, queremos saber, queremos un Gobierno que no nos mienta, pero sobre todo, un Gobierno que no nos tome por imbéciles.
5 Comentarios:
No le quepa la menor duda, amigo: los que hoy se oponen a que usted disfrute
de los mismos derechos civiles que yo, sean cuales sean sus preferencias
gastronómicas o su orientación sexual, son los mismos que ayer se oponían al
divorcio. Y aunque se les intentó explicar entonces que ellos podrían
continuar casados, pues no sería obligatorio, armaron la de Dios es Cristo.
Todavía los recordamos a las puertas de los grandes almacenes reuniendo
firmas en contra del derecho a decidir por uno mismo con quién compartir la
vida. Algunos de ellos, como Álvarez Cascos, cuyas homilías en contra del
divorcio han pasado a la historia del humorismo universal, se casaron y se
descasaron luego de forma compulsiva.
No le quepa la menor duda, éstos de ahora son los mismos que en su día
estuvieron en contra del giro copernicano y del sufragio universal. Son los
mismos que, si en vez de encontrarse aquí, se encontraran allí, serían
partidarios de lapidar a las mujeres adúlteras e infligir cien latigazos
falsos al adúltero. Vayan a las hemerotecas, repasen la historia y
comprobarán que son los mismos que estuvieron en contra de la Constitución;
los mismos que para darte un trabajo te exigían un certificado de buena
conducta de tu párroco. Son los mismos que prohibían leer a Kafka, a Sartre,
a Marx; los mismos que censuraban las películas, los libros, los periódicos.
Estos que dicen que casar a homosexuales no es de hombres, son los que hace
unos años los metían en la cárcel.
Ahí tienen a Jeb Bush (por no citar de nuevo a Cascos), partidario de la
silla eléctrica y de la cámara de gas, aunque admirador del Papa, frente a
quien se arrodilló piadosamente el otro día. ¿Le riñó Benito XVI por matar?
¿Le incitó a la desobediencia civil frente a esas leyes que usurpan una
potestad de Dios? ¿Le hizo alguna insinuación relacionada con la checa de
Guantánamo? No, no, qué va, todo eso no altera las leyes naturales y por lo
tanto no molesta a Dios. Lo que molesta a Dios y a Ana Botella (no sabe uno
a quién tener más miedo) es que usted intente ser feliz sin su autorización.
No nos equivoquemos, estos que ahora vociferan son los que antes ladraban,
así que algo hemos avanzado.
Anda! el troll copiador... dónde he leído yo antes eso?
Jose Luis, sí, queremos saber.
Saludos.
Con lo de troll me refería al elemento anónimo ése, claro.
El anónimo anotador quizá no atiende a razones o quizá está desorientado porque nada de lo que comenta responde al planteamiento expuesto.
No obstante, bienvenida su aportación.
Si el anónimo comentarista se hubiese desorientado, quizá esté dispuesto a confrontar pareceres con argumentos. Y, tal vez, al hilo de sus planteamientos, convenga recordar que banalizar todos los referentes humanos, vacía de contenido la moral, la ética, anula las costumbres, aniquila la cultura, destruye la dignidad de las personas, de las sociedades y de las civilizaciones.
Arrasar todo no es el mejor método para avanzar en el desarrollo espiritual ni material de la humanidad.
Si de todos los términos señalados, únicamente le suena algo sociedades y material, entonces hemos olvidado al hombre y tanto da que ladren como que muerdan... galgos o podencos.
Ahondando en la descontextualizada nota del anonymous, apunto esta cita de Juan Souto Coelho acerca del despropósito socialista -aunque baste decir de toda la izquierda de Estepaís, y de todos los arrimados al carro de los disparates del Gobierno Rodríguez-:
Si, según el Diccionario de la RAE, “matrimonio” es la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales; si “cónyuge” es el consorte, marido y mujer respectivamente; y si “progenitor” es el pariente en línea recta ascendente de una persona, el padre y la madre… el matrimonio gay de Zapatero es una aberración institucional, un fraude lingüístico, una afrenta a la sociedad, una mentira antropológica, una farsa cultural, un apaño político, una irresponsabilidad jurídica y todo lo que queramos. Antes esta gente decía que el matrimonio era “machista” y “anacrónico”, que lo progre era la unión libre, nada de papeles ni de contratos de esclavitud, etc. ¡Las cosas que hemos escuchado en otros tiempos! Ahora, se someten gozosos al anacronismo del matrimonio para obtener tratamiento ventajoso en leyes tan importantes como la del Impuesto sobre la Renta y la de Sucesiones.
El artículo del que extraigo esa cita está en el siguiente enlace:
http://iglesia.libertaddigital.com/articulo.php/1276230031
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