2005-02-11

¿Qué pactó Carod?

Intolerable e infamante resultó la negociación del socio del correligionario del presidente de partido del Presidente de Gobierno.
Intolerable e infamante ocultarlo por parte de quienes presumen de transparencia y sinceridad, cuando no hacen otra cosa que mentir, difamar y ofender.
Que Carod se reuniera discretamente en Perpignan, como Bono con Chávez, como Chaves con Castro, como Rodríguez con Imaz... sin que se sepa para qué hablaron Carod y Ternera -o Bono y Chávez, Chaves y Castro, Rodríguez e Imaz...- no es transparencia.
Que los diplomáticos -bajo las órdenes de Moratinos o de quien le mande- espíen a un ciudadano español, no ocasiona ya tanto revuelo como el que provocó que los espías profesionales -cuya misión debe ser la de mantener al Gobierno de la nación al corriente de las actuaciones de quienes se declaran enemigos del estado de derecho y de la democracia en España-, en el ejercicio de sus funciones, detecten la presencia del señor Carod -representante del gobierno legítimo de una comunidad autónoma-, en una reunión secreta en el extranjero con tales individuos.
Es kafkiano: hagan lo que hagan los del PP siempre estará mal, mientras que hagan lo que hagan los de la izquierda, siempre estará bien.
Pero resulta que, además del apoyo mediático y político que las propuestas soberanistas y disgregadoras del País Vasco dispensado por el Gobierno de la Generalidad catalana, las ayudas directas, financieras, recibidas por la ilegalizada Batasuna, resultan una ofensa hacia la soberanía que reside en el pueblo. El pueblo que ha sufrido, y sufre, el dolor del terror provocado por los asesinos a los que directa o indirectamente la Generalidad apoya y financia.
Sorprende que estas ayudas procedan de manos de los socios de quienes fueron a negociar con los etarras.
No iban a atentar en Cataluña, ¡ancha es Castilla!, pero... ¿hubo algo más?
A la vista de los siguientes acontecimientos, pudo haber algo más... mucho más.