Buscando un lugar en el mundo

Expongo a continuación mis impresiones, sin ninguna pretensión dogmática ni doctoral, sino tan sólo como la percepción de una realidad mediatizada, pero meditada personalmente.
El asunto puede resultar ofensivo en la actual situación política de mi patria, España, porque ella es la protagonista.
España.
Una fecha para la historia de España será, irremediable y tristemente, el 11 de marzo de 2004.
Madrid sufre el mayor atentado en una democracia europea ¡a tres días de las elecciones legislativas!
El devenir político de nuestra democracia se altera trágicamente.
La España del año 2003 es sustancialmente diferente de la España del 2005.
Y no hemos mejorado.

España se encontraba alineada con las grandes potencias mundiales, junto a EEUU, Australia, Reino Unido, Italia, Holanda, marcando una importante huella en el núcleo de Europa contrarrestando el peso de Alemania y Francia en el seno de la Comunidad Europea.
España lideraba en Europa la oposición a regímenes dictatoriales como el establecido en Cuba por Fidel Castro, pero también marcaba distancias contra los regímenes que hacían peligrar las libertades como en Venezuela, Hugo Chávez.
España había conseguido frenar el acoso de Marruecos fuera de nuestras fronteras y atenuar el acoso terrorista del separatismo vasco en el interior.

Hoy todo ha cambiado:
Nuestras relaciones con EEUU, y sus aliados, apenas tienen trascendencia, mientras que en Europa hemos sucumbido al ímpetu avasallador de Alemania y, sobre todo, Francia.
Nuestros referentes internacionales son los regímenes de Castro, Chávez y Mohamed VI, a cuál más irrespetuoso con las libertades individuales y los derechos humanos.
Dentro de nuestras fronteras, los separatistas imponen sus pretensiones sin contención, reclamando del Gobierno unas concesiones que auguran la destrucción del estado moderno más antiguo de Europa.

Y, por hoy, no hablaremos de cuestiones de ética, cultura, moral, religión, economía, derechos y libertades...