100 días
Estos días algunos medios (Revista Ecclesia, Análisis Digital, etc.) se han hecho eco de los primeros 100 días del pontificado de Benedicto XVI, destacando dos características: la sencillez y la humildad.
¡Qué extrañas resultan en nuestro mundo estas actitudes!
Sencillez. Incluso el éxito de la canción infantil "antes muerta que sencilla", ya lo sintetiza magníficamente.
Humildad...
Sin embargo, yo quisiera añadir una característica más del Papa: la bondad. Benedicto XVI es un hombre bueno, afable y apacible, que transmite sosiego y tranquilidad. Y amor.
Cuando se le oye, uno se siente reconfortado con sus palabras, en el tono de su voz se transparenta el amor, a los hombres en Cristo, a la cultura, a la historia...
Sabe cuánto ha contribuido el cristianismo a crear nuestra civilización, a conformar Europa y el mundo entero, y cuánto está contribuyendo actualmente a que el hombre se reconcilie consigo mismo.
¡Qué extrañas resultan en nuestro mundo estas actitudes!
Sencillez. Incluso el éxito de la canción infantil "antes muerta que sencilla", ya lo sintetiza magníficamente.
Humildad...
Sin embargo, yo quisiera añadir una característica más del Papa: la bondad. Benedicto XVI es un hombre bueno, afable y apacible, que transmite sosiego y tranquilidad. Y amor.
Cuando se le oye, uno se siente reconfortado con sus palabras, en el tono de su voz se transparenta el amor, a los hombres en Cristo, a la cultura, a la historia...
Sabe cuánto ha contribuido el cristianismo a crear nuestra civilización, a conformar Europa y el mundo entero, y cuánto está contribuyendo actualmente a que el hombre se reconcilie consigo mismo.
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