2007-02-14

Carta desde el dolor

De Juana es una vil criatura, pero no menos repugnante y vil es el presidente de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que aboga por los criminales asesinos irredentos e infama, humilla y ofende a las víctimas y a cualquier corazón decente.
Una vez más lo repito, si no te consideras una víctima, es porque eres un verdugo. Sí, no caben excusas, si no estás conmigo, estás contra mí (Mt. 12, 30).

A continuación reproduzco íntegramente, la carta remitida a Libertad Digital de Hortensia Gómez, madre del Guardia Civil Alberto Alonso Gómez, asesinado por la organización terrorista ETA el 25 de abril de 1986 junto a otros cuatro guardias civiles en la calle Juan Bravo de Madrid. José Ignacio de Juana Chaos fue uno de los autores del atroz atentado.

SON RESPONSABLES
Son las 10 de la mañana del día 13 de febrero de 2007. Llevo más de 12 horas de llanto desconsolado tras enterarme ayer de la trágica noticia de la rebaja de pena al terrorista De Juana. Una rebaja que le deja en manos del Gobierno para salir a la calle más pronto que tarde. Pero mi llanto y mi dolor se remontan mucho más atrás.
Hace casi 21 años, mi hijo Alberto fue asesinado vilmente en la calle Juan Bravo de Madrid, junto a otros cuatro compañeros de la Guardia Civil. Los terroristas colocaron un coche bomba que destrozó el coche en el que iba mi hijo. Aquella mañana de lluvia y frío en Madrid mi vida se rompió. Durante la noche he recordado con amargura todo el dolor que sentí aquél día. El peor día de mi vida ha llenado mi casa y mi mente otra vez. Está claro que nunca lo he olvidado y nunca lo olvidaré. Pero hay muchas formas de recordar a los seres queridos que han sido asesinados sin sentido por el mero hecho de servir a España.
Y yo me pregunto: ¿Quiénes son los responsables? Desde luego, Ignacio de Juana Chaos y los demás terroristas lo son de la muerte de mi hijo y de todos sus compañeros. También aquellos que impulsan y comparten la ideología asesina del nacionalismo. Pero no puedo olvidarme de aquellos que están permitiendo que la muerte de mi hijo vuelva a mi vida de esta forma tan descarnada. De aquellos que están permitiendo que la sangre de mi hijo se haya convertido en moneda de cambio, en argumento, en chantaje criminal. El primero de todos, el presidente Zapatero junto a su Gobierno y a quienes le apoyan, pero también los jueces que se han entregado a la estrategia de la negociación con los asesinos.
A ellos les hago responsables de mi dolor, de mis miedos, de mis noches en vela y mis días con llanto. Son ellos quienes han de cargar con la culpa de mi desdicha.
Llevo demasiados años pidiendo justicia. Llevo demasiados años luchando por salvar la dignidad arrebatada. Llevo demasiados años guardando la memoria de mi hijo. Son demasiados años, sí. Pero no voy a renunciar. No me voy a rendir. No le voy a traicionar. ¿Ustedes qué van a hacer? Exijo firmeza contra el terror y lealtad a las víctimas.
Hortensia Gómez
Madre de Alberto Alonso Gómez, guardia civil asesinado por De Juana Chaos el 25 de abril de 1986.

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2007-02-06

La memoria y la dignidad, para el escribidor

Resentido y empozoñado escribe ya sus columnas, don Antonio Gala. Dignidad le falta para respetar la memoria, elogiar el sacrificio, cientos de veces humano, de los asesinados por repugnantes y viles criaturas que se apropian del sentimiento vasco y español. Bastones hace ya mucho tiempo que luce don Antonio, pero ahora más que nunca parece necesitarlos para continuar su paso, pero no evita por ello de trastabillar insultando la memoria de aquéllos a quienes han arrebatado sus vidas por ser españoles. Sólo por ser españoles -jueces, cocineros, niños y niñas, guardias, soldados, funcionarios, jubilados, profesores...- españoles.

Un espectro terrorífico asola nuestra patria, desde hace décadas y, héte aquí, que don Antonio, no tiene más palabras que las precisas para insultar, despreciar, vilipendiar a las víctimas.
Antonio, envíale flores a Juana, pero calla, miserable.

A continuación reproduzco la carta de Rosa María Alcaraz a Antonio Gala.


Antonio Gala, por sus bastones
Mi hermano José nació en 1968. Estudió en Zaragoza, ciudad que alimenta en su recuerdo los buenos años de sus tiempos de estudiante, pero también el trágico atentado en el que Henri Parot, con 250 kilos de explosivo, asesinó, entre otros, a mis dos hijas, Miriam y Esther, de 3 años, y a nuestro hermano Ángel de 17. Cuento todo esto porque Antonio Gala, desde su poltrona-tronera en EL MUNDO, asegura que mi hermano José, (Alcaraz, así lo denomina en su columna), desde que preside la AVT, resulta ser un señor “de extraño rostro y aún más extraño comportamiento” y que es doblemente víctima, no explica muy bien por qué.
El señor Gala ha decidido azotar, por sus bastones, la memoria de nuestra familia, la memoria de tres niños vilmente asesinados cuando dormían, y por ende la de la mayoría de las víctimas, que se encuentran representadas en la AVT. Este señor cuestiona que nos quede algo de corazón y le quiero contestar, que sí que lo tenemos, que nuestro corazón, herido de muerte desde que asesinaron a nuestra familia sólo busca justicia. Esa es “la única forma de hacer fértil la sangre” de mis hijas y hermano. La paz a la que hace alusión, ellos por desgracia la tienen desde hace 19 años. La Paz del cementerio en donde se encuentran enterrados, sin poder hablar, ésa es la paz que me parece que hace alusión Gala. Ya que le recuerdo que ninguna víctima se ha tomado la justicia por su mano.
Hace ya mucho tiempo que soporto los ataques que han dirigido a mi hermano desde diferentes lugares. Son muchos los que tratan de enterrar con el estiércol del insulto la labor sacrificada de mi hermano y de tantos otros, que entregan una parte importantísima de su vida a una causa noble y desinteresada. La de defender la memoria, la dignidad y la justicia de las víctimas del terrorismo. Pero nunca, ni siquiera en los diarios que han defendido la labor demoníaca de los terroristas, había leído algo tan abyecto y ruin.
Dice el señor Gala sobre mi hermano: “No sé que pinta, ni en nombre de qué pinta lo que pinta”. Se lo diré yo. Desde siempre, su lista empieza por Ángel, Miriam y Esther, que son nuestros familiares. Y desde que asumió la presidencia de la AVT, ha ampliado sus esfuerzos, de manera pública, a todos aquellos que han sido asesinados, mutilados, y extorsionados. Con esta labor, mi hermano y todos los que estamos entregando nuestra vida a esta causa, jamás hemos reclamado venganza. Muy al contrario, trabajamos por lograr transformar la sangre derramada por las víctimas en un digno y justo cuadro que salvaguarde la memoria de las víctimas.
Rosa María Alcaraz Martos
Madre de dos niñas de 3 años asesinadas en la Casa Cuartel de Zaragoza
6 de febrero de 2007

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