2006-02-27

Pueblo vil y mezquino

Manifestación de las víctimas del terrorismo contra la negociación del gobierno con los terroristas.

Madrid, 25 de febrero de 2006.

En mi nombre ¡no!

Centenares de voces, miles de gritos, centenares de miles de víctimas negándole al presidente Rodríguez que se apropie de su dolor, de su sufrimiento para saldar con los asesinos inconfesables deudas.

La dignidad de las personas que han sufrido la dentellada del terror criminal de los etarras, o del resto de los cobardes asesinos que se esconden tras unos espurios argumentos para reivindicar inexistentes derechos, debería ser la primera preocupación de un gobierno democrático investido de legitimidad para defender el derecho a la memoria y a la justicia.
Sin embargo, el gobierno de Rodríguez lejos de defender a los débiles, a los que sufren y son constantemente acosados por los criminales, se propone canjear todas las esperanzas rotas, todos los sueños destrozados, con la venganza de los asesinos.

El 25 de febrero, han sido muchos, muchos, los que han querido estar junto a las víctimas, reclamando la memoria de los asesinados, la dignidad de los que sufren y clamando justicia.

Sin embargo, somos un pueblo miserable y mezquino, porque sólo una pequeña parte del pueblo que legitima al gobierno, ha decidido acompañar a las víctimas, a los débiles, a los humildes, a los que sufren...
Miserable pueblo, y mezquino, que se olvida de quienes han entregado todo por nosotros.
Miserables y mezquinos todos los que no hemos acompañado a las víctimas.

Viles, sin embargo, quienes se regodean, junto a los criminales, porque no hayamos sido más alzando la voz junto a las víctimas.

2006-02-24

En mi nombre No

Pulsando en el título de este comentario podéis acceder al vídeo de la AVT para alentar a la participación en la manifestación de mañana 25 de febrero de 2006 en Madrid.

Bajarse los pantalones

Acusa don Mariano Rajoy al PSOE de debilidad frente a los grupos minoritarios en la representación parlamentaria que impusieron su criterio tergiversando la historia con la minusvaloración de la actitud de la Corona en los aciagos acontecimientos del 23 de febrero de 1981.
Sin embargo, mayor debilidad ha significado para el propio Partido Popular la aceptación, y adhesión, al texto institucional finalmente redactado.
Si la Historia ha de juzgar a esta Nación por los gestos de sus instituciones democráticas, lamento el juicio que se haga en el futuro ante tan mezquina como acobardada postura.
Mal parece falsear la historia, pero peor es humillarse cobardemente fracasando en el intento de defender la dignidad de un pueblo.
Mal, muy mal, señor Rajoy.

2006-02-22

In memoriam. Siete víctimas

CARTA ABIERTA A LA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO


Sonia y Susana Cabrerizo Mármol, de 14 y 16 años, se encontraban de compras con su madre en Hipercor; Miriam y Esther Barrera Alcaraz de 3 años, Sonia Ballarín Gay 6 años, Ángel Alcaraz Martos de 17 años, dormían en sus domicilios (casa cuartel de Zaragoza); Silvia Martínez Santiago, de 6 años, jugaba en el salón de su vivienda (casa cuartel de Santa Pola), cuando la banda terrorista ETA decidió acabar con sus vidas. ¿Alguien nos puede decir en qué guerra participaban nuestros pequeños? Si no estamos en guerra, ¿por qué hablar de paz?

Después de que el Congreso de los Diputados autorizase al Gobierno de la nación a negociar con la banda terrorista ETA, al dolor creado por el asesinato de nuestros hijos, niños inocentes, hemos tenido que sumar el desasosiego y la ansiedad que produce el pensar que la sangre de nuestros hijos iba a servir de moneda de cambio en ese mal llamado proceso de paz. La semana pasada, intervino el Defensor del Pueblo, nuestro defensor y víctima, D. Enrique Múgica, y dejó muy claro que en el final de este proceso debería haber vencedores y vencidos.

Pocos días después, el III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo de Valencia, sirvió de aliento al ver que el mensaje del Sr. Múgica calaba de forma unánime entre las víctimas, "no a la negociación", y sí al final de la violencia pero con vencedores y vencidos. Congreso éste al que nuestro Presidente del Gobierno, coherente con sus actuaciones en materia de terrorismo, no asistió, porque no tenía valor a mirar a los ojos de las víctimas, y es que el Sr. Zapatero ha escogido el papel de Judas en esta última batalla que él mismo ha declarado a las víctimas del terrorismo.

El pasado día 18, la Vicepresidenta Dña. Teresa Fernández de la Vega dijo que la paz llegaría sin vencedores ni vencidos, lo cual, nos hiere, nos parte el alma y nos lleva a pedirle a esta señora que haga la siguiente reflexión:

Esos, los asesinos, que usted dice que no deben ser vencidos segaron la vida de nuestros niños, no tuvimos tiempo ni tan siquiera de explicarles que una banda de asesinos podía matarles; por ello, hemos decidido enviarle una fotografía de cada uno, para que las ponga en su mesa de despacho, junto a la Constitución Española, o en su mesita de noche como las tenemos nosotros y les explique por qué les asesinaron.

Si a todo político debemos exigirle que actúe con la diligencia de un buen padre de familia, a usted además, como mujer, le pedimos que actúe como una madre. No haga como el Sr. Rodríguez Zapatero, mire a los ojos a nuestros niños y después, y salvo que pueda devolverles la vida, piense de nuevo si debe haber vencedores y vencidos.

De continuar el Gobierno este demencial camino que ha tomado, sí va a haber vencedores y vencidos, pero con el papel totalmente cambiado, vencedores serán los asesinos, los criminales, los extorsionadores, los secuestradores de todo un Estado de Derecho. Los vencidos, los padres y madres de niños inocentes. Los padres, madres, hermanos de ciudadanos de bien a los que este Estado es incapaz de garantizarles lo único que les queda después de que los asesinos de ETA les arrebatan la vida: la Justicia, Memoria y Dignidad.

Álvaro Cabrerizo

Rosa Mª Alcaraz Martos

Teresa Esther Gay Escribano

Isabel Martos Damas

Antonia Santiago Méndez

2006-02-21

Carta al Director de Análisis Digital

Ley de Reproducción Humana Asistida
Miguel Rivilla
Alcorcón


Se acaba de aprobar en el Congreso la LHRA con la abstención del PP. Traerá serias tensiones para las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno. Era previsible la confrontación en este tema como en del aborto libre, la eutanasia, los matrimonios homosexuales etc. Podrán guardarse todas las formas externas, para que no salten chispas en el diálogo institucional y se realice éste con sordina, para evitar confrontaciones innecesarias.

El caso es, que nada distinto cabía esperar. La Iglesia se mueve en el terreno de los principios morales, inalienables e innegociables y el Gobierno en el de las promesas de su programa socialista. Dos posturas irreconciliables, donde no caben componendas, pues son dos planos paralelos. La Iglesia defiende el aspecto moral (conciencia) y el Gobierno el aspecto legal(comportamientos).El conflicto es inevitable para el ciudadano que se siente católico, no para aquellos que ni son ni se sienten miembros de la Iglesia.

Nunca se ha de olvidar que en un Estado de Derecho, como el español, no todo lo legal es moral. Cada ciudadano deberá optar libre y responsablemente. Ni antes ni ahora vale todo.

La conciencia ha de estar por encima de la pertenencia partidista. La objeción de conciencia a la LHRA es un derecho inalienable tanto para los médicos como para los diputados católicos.

Abuelos

Carta de Consuelo Ordóñez -hermana de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA- publicada en ABC.

A MÍ TAMBIÉN ME MATARON A MI ABUELO...

«Los rojos», claro. En junio estuvimos reunidas en Moncloa las asociaciones de víctimas del terrorismo periféricas, otro compañero y yo, representando a Covite. Fue allí y al comienzo de esa reunión, cuando el presidente se dispuso a dar inicio a un discurso, y entre los primeros párrafos, algo escucharon mis oídos que chirriaron de forma estrepitosa, y fue cuando el señor Zapatero tuvo la osadía de decirnos, sin venir a cuento, claro, cómo a su abuelo lo habían matado en la guerra los nacionales.Lo siento, pero tuve que interrumpir en ese momento su discurso, y le espeté «y a mi abuelo, los rojos». Alzó su mirada hacia mi persona, y continuó como si nada.

Esta mañana en la radio he oído cómo en la reunión del viernes pasado en la que recibía a los organizadores del Congreso de Víctimas del Terrorismo, se encontraba María Jesús González, de todos conocida, y cuando le contaba al presidente que su hija (Irene Villa) y ella todavía se preguntaban «¿por qué nos ha pasado esto?», éste respondió que también a su abuelo lo habían matado en la guerra.

¿Se hace el tonto nuestro presidente? Porque, claro, cuando una persona con su responsabilidad suelta una comparación de este tipo, no es más que una metedura de pata inmensa, y que tiene tan fácil respuesta como «y a mi abuelo los rojos» por lo que, si fuera un poco más inteligente, se lo callaría para siempre, o al menos tendría la delicadeza de no soltarlo nuevamente en otra reunión con víctimas del terrorismo.

A mi abuelo, señor presidente, lo mataron «los rojos», se lo repito, y no en la guerra. Mi abuelo no era soldado, era «tratante» que había cometido el delito de prestar dinero a un indeseable, que, para ahorrarse la devolución de tal dinero, acusó a mi abuelo no se sabe muy bien de qué, y se ahorró devolvérselo. Y como en esa época «los rojos» de la zona acostumbraban a sacar de sus casas a personas inocentes y a fusilarlas en las cunetas, a mi abuelo también le tocó, como le tocó a su mejor amigo, un médico de irreprochable fama de Gandía y, cuando se encontraba mi abuelo quitando la placa de su casa por petición de su viuda, es cuando vinieron a por él los milicianos rojos y se lo llevaron. Con lo cual yo, señor presidente, tampoco he podido conocer a mi abuelo, y también mi abuela se quedó en una precaria situación con tres niñas pequeñas, siendo una de ellas mi madre. Mi abuela después de la guerra deambuló cada vez que la avisaban de que abrían una fosa común, hasta que al fin logró encontrar a mi abuelo, por lo que su amigo el médico y mi abuelo no fueron los únicos que «los rojos» asesinaron.

Sólo que a diferencia de la suya, mi madre no sólo perdió a su padre, sino que también perdió a su hijo.

Mire, mucha gente que me conoce del País Vasco, y que han sido mis mejores amigos en los «malos tiempos» y todavía lo siguen siendo, no conocen esta historia que usted me ha obligado a contar hoy aquí. Estos amigos luchadores incansables por la libertad, Rosa, Oli, Merche, Aurora, Carlos, Fernando, José Luis, Ana, Mikel... no puedo, como comprenderéis, decir los nombres de todos, defensores todos ellos a ultranza de la vida, aun a riesgo de perder la suya, como les ha pasado a algunos de ellos. Mi amigo Joseba, o mi amigo Poto, son de «izquierdas» de toda la vida, de la que viene usted. pero que afortunadamente no se le parecen en nada a usted.

Con ellos he estado todos estos años, en la calle reivindicando nuestros derechos más elementales negados en ese pueblo, «el vasco», que tanto sufrimiento me ha causado a mí y a miles de personas. De ellos he aprendido todo, a transformar mi odio en lucha constructiva e inteligente por la Democracia. A ellos los llevo en mi corazón aun estando a seiscientos kilómetros de distancia. Ni ellos ni yo hemos tenido nunca el más mínimo prejuicio que haya impedido nuestra amistad.

Pues bien, sólo decirle que usted no se parece en nada a esta gente, y que con usted no hubiera sido posible que en el País Vasco tantas personas con pasados tan diferentes nos hubiéramos unido para hacer frente a esa ignominia llamada terrorismo nacionalista.

Gracias desde aquí a todos vosotros, luchadores de la libertad y de la democracia, y gracias a usted, presidente, por no haber vivido en el País Vasco, porque si todos fuéramos sectarios como usted esta lucha en común y que tantos frutos nos trajo no hubiera sido posible.

Con usted estamos retrocediendo a velocidades supersónicas en la derrota del terror, y parece que con usted y ese extraño proceso de normalización y de paz que quiere sacar adelante con la ayuda inestimable del nacionalismo, acabaremos viendo lo que sus compañeros del País Vasco o su vicepresidenta nos han anunciado, y es que en este partido en el que nosotros ponemos los muertos, empatemos. Sólo espero que alguien lo remedie, y que volvamos a esos tiempos en los que en el País Vasco por lo menos estábamos juntos todos los luchadores por la Libertad.

2006-02-19

¿Quién nos defiende de los estúpidos?

Aunque este es un cuaderno integrado en la cadena de apoyo a Mariano Rajoy, como ya he señalado en anteriores ocasiones, mi libertad -afirmando la honestidad de mi compromiso- no me impide expresar la crítica a los comportamientos que representan un conflicto con el proyecto que delego en su representación.
La semana pasada resultó especialmente doloroso el ataque a la dignidad de la persona humana que supuso el apoyo del Partido Popular a la Ley de reproducción asistida que ha promovido el actual Gobierno. Solamente el diputado Eugenio Nasarre ha sido capaz de votar en contra de esa ley.
En esta semana comprobaremos, una vez más, el desprecio a los ciudadanos por parte de nuestros políticos. Insultados continuamente por gentes que se proclaman demócratas y no son más que energúmenos presuntuosos, no se atreven a defender la dignidad de las personas ni la esencia de la democracia. Triste Parlamento este que utiliza la palabra como arma para agredir y vilipendiar, no para mejorar la sociedad y debatir en favor de la prosperidad de la patria y del bienestar de sus ciudadanos.

Y concluyo citando el último artículo de Juan Carlos Girauta en Libertad Digital:
Dejando aparte la broma de las 500 entidades, admitamos que ERC es capaz de sacar a la calle a más de cien mil personas. Bien. Tienen más o menos los mismos votantes que el PP en Cataluña. Y menos militantes. Si ha llegado la hora de la calle, salgamos todos. Y si a Piqué le da miedo, que se largue con viento fresco. Y si le da miedo a Rajoy... habrá dejado de representar y de proteger a los ciudadanos de Cataluña que defendemos la idea de España. Y que nos estamos quedando solos. Eso sí, en el Círculo Ecuestre lo tratarán mejor.

2006-02-09

Invitación a Benedicto XVI

Hago una excepción en el planteamiento de este cuaderno virtual, para incorporar un texto sencillo, como el aleteo de una mariposa en la turbulencia del huracán, para comunicar la paz en tiempos de tumultos, iras desenfrenadas y odios viscerales.


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 8 febrero 2006

Publicamos la carta que dirigió el 31 de enero el padre Andrea Santoro, sacerdote italiano misionero en Turquía, asesinado el 5 de febrero, mientras rezaba en la iglesia de la que era párroco en Trabzon, ciudad del Mar Negro. Image

Por indicación del Papa, la carta es publicada en la edición italiana de «L'Osservatore Romano» del 9 de febrero. Según el pontífice, en este documento, «se refleja el celo, la fe, el amor, que palpitaban en el corazón de don Andrea Santoro».

Roma, 31 de enero de 2006

Santidad:

Le escribo en nombre de algunas señoras georgianas de mi parroquia, «Sancta Maria» en Trabzon (Trebisonda) en el Mar Negro, Turquía. Me la han dictado en turco, se la traduzco tal y como ha salido de sus labios y se la entrego con motivo de mi visita a Roma. Soy don Andrea Santoro, sacerdote «Fidei donum» de la iglesia de Roma en Turquía, en la diócesis de Anatolia, residente aquí desde hace 5 años. Mi grey está formada por 8/9 católicos, muchos ortodoxos de la ciudad y los musulmanes, que conforman el 99% de la población. Usted, Santidad, es tanto el obispo de mi diócesis de origen (Roma) como el obispo de mi diócesis de destino, pues se trata de un «vicariato apostólico». En virtud de este doble título le entrego la carta de las tres georgianas.

«QUERIDO PAPA:

Le saludamos en nombre de todos los georgianos. Pedimos a Dios salud para ti en el nombre de Jesús.

Estamos muy contentos de que Dios te haya escogido como Papa. Reza por nosotros, por los pobres, por los miserables de todo el mundo, por los niños. Creemos que tus oraciones llegan directamente a Dios. Los georgianos son muy pobres, tienen deudas, no tienen casa, ni trabajo. Nos hemos quedado sin fuerzas.

Vivimos en estos momentos en Trabzon y trabajamos. Tú reza para que Dios nos bendiga y cree en nosotros un corazón nuevo y limpio. No nos olvidamos de la vida cristiana y tratamos de ser un buen ejemplo para los turcos en nombre de Dios para que a través nuestro vean y glorifiquen a Dios.

Tenemos muchas cosas que decir y contar, pero, Inshalá [si Dios quiere, ndt.], si vienes a Trabzon, podremos hablar cara a cara. Tu venida será una fiesta feliz. Pedimos y deseamos de Dios para ti salud, paz y vida cristiana. Besamos tus manos. Nos alegrará el que respondas y nos mandes una foto con tu firma.

Tú, como un papá común, reza por don Andrea y Loredana [voluntaria italiana que colabora en la parroquia, ndt.], que Dios les dé fuerza y que por medio de ellos la Iglesia crezca y se multiplique en Trabzon».

Firman: Maria, Marina y Maria

En nombre de los demás cristianos georgianos, te invitamos a Trabzon con motivo de tu próxima visita en noviembre a Turquía.

Santidad:

Me uno a estas tres mujeres para invitarle verdaderamente a visitarnos. Es una pequeña grey, como decía Jesús, que trata de ser sal, levadura y luz en esta tierra. Una visita suya, aunque sea rápida, sería de consuelo y aliento. Si Dios quiere… no hay nada imposible para Dios.

Le saludo y le doy las gracias por todo. Sus libros me sirvieron de alimento durante mis estudios de teología. Bendígame. Y que Dios le bendiga y le asista a usted.

Don Andrea Santoro

sacerdote «Fidei donum» de la diócesis de Roma en Turquía,

Diócesis de Anatolia, ciudad de Trabzon en el Mar Negro,

iglesia de «Sancta Maria». (Zenit)

2006-02-08

La línea roja

Carta de respuesta de una víctima del terrorismo a la pregunta de Zapatero ¿donde está la linea roja?.

"Sr. Presidente he recibido una carta en la que usted, personalmente, me solicita que marque la línea roja de las concesiones a los presos de ETA y no sé qué decir, así que he pensado que le expongo mi caso y usted mismo me ayuda a determinar esa línea roja.
Imagínese que un día le dice usted a su mujer, Sonsoles, que necesita una corbata nueva y van sus dos hijas y Sonsoles a un centro comercial, mientras usted se queda en casa viendo el partido del BarÇa.
ETA pone una bomba en el centro comercial. Después de preguntar en varios hospitales ubica a Sonsoles y a su hija menor ingresadas en uno de ellos. La mayor se da por desaparecida en un primer momento; luego aparece algo -no se puede llamar cadáver- que permite determinar un ADN que confirma su muerte.
Sonsoles muere después de permanecer 10 días en la UCI.
Su hija la menor recibe el alta después de más seis meses de hospitalización. Deberá seguir acudiendo a aprender a manejarse con las prótesis pues perdió una pierna y un brazo.
¿Dónde pondría usted la línea roja?"

Contemplación

Ya nada puede resultarnos más extraño que contemplar el desprecio por la dignidad de las personas que se extiende por el mundo. Mientras, algunos pretenden que nos aliemos con nuestros enemigos.