2005-05-31

Cuba ¿un paraíso perdido?

Víctor Llano publica en Libertad Digital un artículo que describe con crudeza el desolador panorama que ofrece Cuba, la Cuba referente socioeconómico para la izquierda española del doctor Llamazares, aproximándose al fin de la era castrista.

Cuba, intocable, ha mantenido su pútrida esencia confinada por la desidia de occidente. Ni USA se ha atrevido a derrocar la dictadura, tan cara a los cuasi-demócratas de europa. El resultado es un corrupto e infecto régimen que aniquila todo lo que abarca.

Después vendrán los libertadores. Aunque llegarán tarde.

En apoyo de las familias

Benedicto XVI afirma que el matrimonio y la familia no admiten alternativas.
Según la noticia recogida por Análisis Digital, que reproduzco a continuación, se refiere el contenido de una carta enviada al presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el cardenal monseñor Alfonso López Trujillo, en la cual el Papa Benedicto XVI subraya que el matrimonio y la familia “son insustituibles, y no admiten otras alternativas”. El artículo se complementa con la instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal Española "La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad"

Según anunció ayer el arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García Gasco, durante la celebración del Corpus Christi, el Santo Padre asistirá el año que viene al V Encuentro Mundial de la Familia que se celebrará en Valencia en el mes de julio y que fue convocado por Juan Pablo II el pasado mes de febrero. Monseñor García Gasco leyó una carta del Pontífice al término de la misa del Corpus en la Catedral en la que ratifica que el encuentro tendrá como tema “La transmisión de la fe en la familia”.

En su mensaje, Benedicto XVI, asegura que “me es grato renovar la convocatoria de este importante Encuentro” y precisa que “a este respecto, me propongo alentar, como hizo Juan Pablo II, la estupenda noticia, el Evangelio de la familia, cuyo valor es central para la Iglesia y la sociedad”.

En la carta, que fue enviada al cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, y que hizo ayer pública el arzobispo de Valencia, el Santo Padre recuerda que “todos los pueblos, para dar un rostro verdaderamente humano a la sociedad, no pueden ignorar el bien precioso de la familia, fundada sobre el matrimonio”, y añade que “la alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio para toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole es el fundamento de la familia, patrimonio y bien común de la humanidad. Así pues, la Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios, el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas”.

Además, añade, que “la familia cristiana tiene, hoy más que nunca, una misión nobilísima e ineludible, como es transmitir la fe, que implica la entrega a Jesucristo, muerto y resucitado, y la inserción en la comunidad eclesial. Los padres son los primeros evangelizadores de los hijos, don precioso del Creador, comenzando por la enseñanza de las primeras oraciones. Así se va construyendo un universo moral enraizado en la voluntad de Dios, en el cual el hijo crece en los valores humanos y cristianos que dan pleno sentido a la vida”.

Por su parte, el President de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, después de enterarse de la asistencia del Santo Padre el año próximo al Encuentro Mundial de la Familia, destacó que le llena “de muchísima satisfacción y agradecimiento”. “Que se decida que nuestra Comunidad –añadió–, que nuestro país, España, se convierta en sede universal de un acontecimiento de primera magnitud como es la Jornada Mundial de la Familia hará que Valencia se convierta en referencia con la presencia de cientos de miles de personas de muchísimos países con mensajes muy potentes a toda la humanidad”.

HazteOir crea una red de blogs para difundir la manifestación del 18 de junio en defensa de la familia

Con el objetivo de promover la participación de los ciudadanos en la política y defender la familia, la vida y la dignidad de la persona, la plataforma ciudadanas HazteOir ha creado una red propia de bitácoras o blogs de manera que cualquier usuario de Interner pueda poner en funcionamiento una pequeña publicación electrónica. La prioridad de este movimiento “blogger” es apoyar, difundir y promover la manifestación que para 18 de junio ha convocado el Foro Español de la Familia en defensa de la familia y en contra del “matrimonio” entre homosexuales.

Así, la plataforma HazteOir ha querido “dar un impulso a esta forma popular de comunicación creando una red propia de bitácoras asociadas a esta plataforma ciudadana, cuyo denominador común sea promover la participación de los ciudadanos en la política, y defender la familia, la vida y la dignidad de la persona”.

La suscripción a Blogs HO es gratuita, y no implica la pertenencia a ninguna confesión religiosa, formación política o ideología al margen de los fines propios de HazteOir.

Este creciente movimiento “blogger” acaba de emprender una nueva iniciativa con la aparición de varios blogs de ámbito local para promover la manifestación del 18 de junio en defensa de la familia, a iniciativa de miembros de los foros de HazteOir.org. “Son una forma más de establecer puntos de contacto en la red en las distintas poblaciones que están preparando viajes a Madrid para la manifestación”, explica este colectivo.

2005-05-30

Manifestaciones de fachas

Columna de Juan Manuel DE PRADA en ABC

COMO todo el mundo sabe, en España se celebran dos tipos de manifestaciones: las que se convocan, auspician o promueven desde la izquierda y las manifestaciones de fachas. Para que una manifestación sea considerada de fachas ni siquiera es preciso que sea convocada, auspiciada o promovida desde la derecha; basta con que la izquierda decida no acogerla bajo su benéfica égida. Naturalmente, si usted participa en una manifestación bendecida por la izquierda se convierte ipso facto en un dechado de virtudes cívicas; si, por el contrario, se le ocurre participar en una manifestación que no cuente con su nihil obstat, engrosa automáticamente la hez social. En una manifestación bendecida por la izquierda, usted puede enarbolar banderas preconstitucionales sin rebozo, puede corear consignas energúmenas y extrañas a la convocatoria; también puede desfogarse vituperando a cualquier político conservador que se le pase por las mientes, apedrear las sedes de su partido y hasta liarse a mamporros con cualquier despistado señor de derechas que pase por allí. En cambio, en una manifestación que no haya sido bendecida por la izquierda dará exactamente igual que usted no enarbole banderas preconstitucionales, dará exactamente igual que se limite a corear consignas respetuosas y congruentes con la convocatoria, dará exactamente igual que se comporte intachablemente y que el vituperio no ensucie sus labios; incluso se arriesga a que a la mañana siguiente le envíen unos policías a casa, acusándole de alguna violencia fantasmagórica. Y es que, por el mero hecho de participar en una manifestación que no ha sido bendecida por la izquierda, usted se ha convertido en un facha irredento, nostálgico de la caverna, a quien conviene señalar con el dedo y colgar el sambenito de indeseable.

De nada servirán los llamamientos de las organizaciones que convocan la manifestación del próximo día 4 de junio: aunque sea más pacífica que la procesión del Corpus (otra manifestación de fachas, por cierto), aunque ninguno de los asistentes ostente símbolos franquistas, no variará su calificación. Será una manifestación de fachas, porque así lo ha decidido la izquierda, que es quien reparte discrecionalmente bulas y anatemas en el cotarro nacional. La izquierda ha logrado investirse de una suerte de supremacía moral casi que nadie discute (y quien se atreve a hacerlo es inmediatamente tildado de facha); o, si se prefiere, ha logrado trasladar sobre quien no se aviene a comulgar con sus postulados (ni siquiera hace falta que se trate estrictamente de un adversario político) una conciencia de pecado original, una «culpa ontológica» que nunca logrará sacudirse, por mucho que se empeñe. Este chollo ideológico de la izquierda, sustentado sobre un maniqueísmo grosero, admite expresiones rocambolescas que no soportan el análisis racional. Así, por ejemplo, para Gaspar Llamazares, el mero hecho de que Rajoy haya decidido acudir a título personal a la manifestación «evidencia que desea rentabilizarla». De nada sirve que la facción política que capitanea Rajoy haya concedido a sus militantes libertad absoluta para participar o abstenerse de hacerlo: al tratarse de una manifestación de fachas, esto es, no bendecida desde la izquierda, se presume que la derecha manipuladora la utiliza para crispar. Por supuesto, las manifestaciones promovidas en fechas recientes desde la izquierda eran muestras espontáneas de la sacrosanta voluntad popular.

Estas son las reglas del juego. Si usted las acepta, se le concederá misericordiosamente la condición de ciudadano respetable; de lo contrario, será expulsado a las tinieblas exteriores. Comulgue con ruedas de molino, hombre, y quédese en casita, mientras los fachas desfilan por las calles.



Pese a todo, por la libertad, por la dignidad, por la memoria, por la justicia, por ellos, por todos... incluso por nosotros o nuestro futuro, el 4 de junio hay que estar en la manifestación convocada por la AVT.
Reivindicando la dignidad.

2005-05-28

Una manifestación

La Asociación Víctimas del Terrorismo convoca a todos los españoles a manifestar su disconformidad con la pretendida negociación, al margen de las verdaderas víctimas, con la banda de asesinos que ha causado tanta desolación y terror en nuestra Españal, durante más de tres décadas.

Si infame es la propuesta de negociar con criminales, infamia que el Gobierno extiende sobre todos nosotros, los gobernados, mayor infamia supone que sea el propio Gobierno el que acuse a las víctimas de un enfrentamiento inexistente.

Si el Gobierno se siente ofendido, debería analizar -tan orgulloso que se muestra de estar abierto al diálogo- qué convoca a miles de españoles a manifestar su descontento con sus actuaciones.

Pero que se deje de vilezas el Sr. Rodríguez y que reconozca que no debería considerarse ofendido un Gobierno, si quiere arrogarse la categoría de democrático, cuando una asociación convoca una manifestación por la Dignidad, la Memoria y la Justicia. ¿Qué Gobierno legítimo y democrático puede sentirse provocado y acusado frente a semenjante lema?

Todos los que apoyan esta manifestación popular mantienen que el Gobierno no es el enemigo. Pero parece que este Gobierno sabe que ahora está junto al enemigo.

2005-05-27

No en mi nombre

Carlos HERRERA

Este artículo lo publica ABC correspondiendo con la edición impresa del viernes, 27 de mayo de 2005.

COMO señalaba acertadamente en estas páginas Mikel Buesa, el gobierno de Rodríguez va a tener dos problemas de distinta envergadura cuando se enfrente a la reclamación más que probable de la cúpula de ETA de libertad para sus presos. Uno de ellos, no pequeño, será de orden jurídico: darle forma a la excarcelación masiva de presos condenados por asesinatos espeluznantes no será fácil ni siquiera para López Aguilar, el saltador de obstáculos que con un pie salta la valla y con el otro la tira. La salida de uno solo de los criminales de ETA entre los vítores de sus secuaces y la aprobación silenciosa y mal disimulada de nacionalistas varios, desde Carod a Ibarreche, tiene mala fotografía. Será un triunfo difícilmente digerible por un Estado de Derecho que ha consumido buena parte de su tiempo en asegurarse el derecho del Estado a defenderse de los delincuentes. Pero el otro, de aún más complicada concreción, es de carácter ético. Ése plantea aún mayores escollos incluso para gente con pocos escrúpulos ante la historia como los que han mostrado determinados miembros de la izquierda política española. Ni siquiera para los que desde las filas del Partido Socialista han visto morir a alguno de sus inolvidables hombres como Fernando Múgica o Fernando Buesa o Joseba Pagazaurtundúa será sencillo.

No puedo olvidarme, sin ir más lejos, de aquella fría madrugada en la que supe, a través de una abrupta llamada, de la muerte a fuego y plomo de Alberto Jiménez Becerril y su esposa, Ascensión García Ortiz. Cuando salí corriendo hacia el Ayuntamiento de Sevilla, a eso de las cinco de la mañana, lo hice aturdido por la incredulidad de haber perdido a unos amigos como consecuencia de una «acción armada» de la banda terrorista más cruel y despiadada del mundo. Pasaron las horas y sólo la reacción popular y política de mi ciudad pudo amortiguar el dolor que todos los hombres y mujeres de bien sentimos por la pérdida de los padres de tres chiquillos aturdidos.

La Policía detuvo a los asesinos, pero al poco tiempo uno de ellos fue elegido parlamentario por Batasuna entre los votantes navarros y celebrado impunemente por los suyos entre vítores y aplausos en la calle. Sentí honda, hondísima vergüenza de vivir y pertenecer a un país capaz de albergar a gentuza semejante. Si mañana, o dentro de un año, una hipotética negociación entre un gobierno legítimo y democrático y una banda de criminales nacionalistas desemboca en la libertad de éstos ante un puñado de secuaces vociferantes y triunfadores, entenderé que hemos perdido la batalla. La ética y la otra.

El asesino podrá celebrar su libertad viajando hasta la calle Don Remondo de Sevilla a beberse unos vinos en el mismo bar del que salían Alberto y Ascen poco antes de ser disparados por la espalda. Podrá, si se lo propone, mofarse ante los propios hijos de ambos ocho años más tarde. Compadezco al que se lo tenga que explicar a ellos como he compadecido a los que han tenido que explicárselo a los muchos hijos de concejales, policías o guardias civiles que han visto pasearse ufanos y retadores a los asesinos de sus padres.

Por todo ello es importante la manifestación del próximo día 4 en Madrid. El poder político, el Gobierno, los negociadores, los bienintencionados y los malintencionados deben saber que, si eso se produce o alguien tiene la tentación de que se produzca para satisfacer las palabras de Otegui en la cómoda entrevista en la cadena pública catalana, no será nunca en nuestro nombre. Será, si acaso, en el de Rodríguez y en el de los que piensen como Rodríguez. Evidentemente, no en el mío. No en el de quienes gozábamos de la amistad de los Alberto y Ascen que han muerto en España. A ese problema ético se enfrentan. Allá ellos.


Y yo quiero añadir, uniéndome al dolorido recuerdo causado por la terrible ausencia de Alberto y Ascen, que este atentado significó, para mí, la constatación de que el puebo vasco carece de la dignidad que requiere una sociedad, no cada individuo por sí, para reconocerse como colectivo humano.
Era entonces Lehendakari el Sr. Ardanza y no supo, no quiso o no pudo, dignificar, ni siquiera representar, a la sociedad vasca para que los hombres, las personas, puedan confiar en un pueblo, en sus instituciones... identificarse con su esencia, en la esperanza de encontrar una raíz humana.
Fue entonces, más aún que con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, cuando comprendí que el pueblo vasco, no es que no quiera pertenecer a España o reconocerse partícipe de nuestra cultura, de nuestro pensamiento, de nuestro sentimiento; es que el pueblo vasco ni siquiera quiere reconocerse humano.

2005-05-26

Una recomendada entrevista

En la Revista Ecclesia se publica una interesantísima entrevista con el teólogo Olegario González de Cardedal.
Espero que alguien se atreva a comentar aquí alguno de los puntos fundamentales que en la entrevista se tratan.

2005-05-25

Futuro imperfecto

¿Llegará el día en que sea clausurada este cuaderno que recoge estelas de libertad?
Señalan los Rumores en la Red del 25-05-2005 que el proyecto de Estatuto del periodista va a contar con ponentes que no han destacado precisamente por su tolerancia, sino más bien por sus tendencias totalitarias.
Esperemos que la Red nos proteja y, lejos de aprisionarnos, nos permita mantener la libertad de expresión y se consolide como vehículo de comunicación.

Más sobre presidentes y filósofos

Don Fernando R. Genovés escribe en Libertad Digital a propósito de las relaciones entre políticos y filósofos. En su artículo señala:
Lo penoso del caso sucede cuando los que han sido un referente o un significante intelectual, cultural y social (otros dirán “cívico” para resumir) se dejan llevar por la ola de las vigencias colectivas y siguen la corriente, como los demás, como el resto. Se suman a los que mandan, como uno más, abiertamente, ya sin ningún decoro, sin subterfugios, sin equidistancias. El hombre sabio lo es porque sabe lo que dice, cuándo lo dice y a quién lo dice. Y punto. Dice lo justo, sin esforzarse en dar la razón a Cioran cuando afirmaba que toda palabra es una palabra de más.
Después tenemos que asumir los errores de los dirigentes, porque ellos nunca reconocerán su equivocación.
También es muy interesante el análisis que sobre el mismo tema publica Tomás Cuesta en La Razón, aunque lamento que ese enlace no esté disponible.

¿Indultar a terroristas?

La imposible política del perdón

POR MIKEL BUESA CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

La Tercera de ABC. 25-MAYO-2005

AUNQUE ya se sospechaba, las recientes declaraciones de Fernando Savater, contando que, en una reunión privada, el presidente del Gobierno relató haber recibido una oferta de ETA «con la única condición de que se dé salida a los terroristas presos», y las de Ramón Jáuregui en las que se ratifica que «el Gobierno sólo hablará con ETA del problema de los presos», han puesto sobre el tapete la intención del señor Rodríguez Zapatero de establecer una especie de intercambio de «paz» por medidas de gracia para los etarras encarcelados. Ello hace urgente la reflexión acerca de la concesión de indultos como contrapartida a una eventual tregua temporal por parte de esa banda o incluso al cese del terrorismo. Reflexión que es tanto más necesaria por cuanto el Gobierno parece haber renunciado al objetivo de vencer a ETA y prefiere pactar con ella.

El derecho de gracia -que nuestra Constitución reconoce como prerrogativa real, limitándola a casos individuales, pues, de forma rotunda, señala que el Rey «no podrá autorizar indultos generales»- es un residuo de las monarquías absolutas que ha permanecido en los sistemas democráticos a pesar de su difícil encaje con la proclamación de los valores de la justicia y la igualdad. Ello es así porque el perdón real supone un tratamiento desigual del indultado con respecto a quienes hubieran podido cometer un delito similar al suyo, e instaura, para el caso concreto al que se aplica, un estado de injusticia que puede agraviar a las víctimas de dicho delito. Es por este motivo por el que Immanuel Kant rechazó en su Metafísica de las costumbres la posibilidad del derecho de gracia con respecto a «los crímenes de los súbditos entre sí», porque, en tales casos, «la impunidad es la suma injusticia contra ellos». La amnistía, el indulto, el perdón que otorga el Estado no es, de este modo, sino la renuncia a resolver los conflictos mediante la aplicación del derecho, la dejación de la responsabilidad de administrar la justicia.

Sin duda con la conciencia de estas dificultades, nuestro legislador ordenó en la vigente ley de 18 de junio de 1870 que los indultos se decidieran sólo «por razones de justicia, equidad o utilidad pública», limitando así la acción del poder ejecutivo. Éste, según ha señalado recientemente el fiscal Fernando Sequeros, recordando la doctrina del Tribunal Supremo, ha de ajustarse a dos principios: por un lado, el de proporcionalidad, de manera que se reduzcan las penas que pudieran resultar excesivas; y por otro, el de reinserción social, exigiendo a los penados su arrepentimiento. Pues bien, ninguno de ambos supuestos es de aplicación a los terroristas de ETA; primero, porque, como se mostró en la discusión que precedió a la última reforma penal con respecto a ellos, las condenas que se les han venido aplicando, horadadas por beneficios penitenciarios a todas luces desmedidos, han sido en la práctica muy benignas, a la par que insuficientes; y segundo, porque la contrición ha estado ausente de las expresiones públicas de los terroristas y de ninguna manera puede interpretarse como acto de compunción un acuerdo político de «paz por presos».

Pero la inaplicabilidad de los indultos como procedimiento para satisfacer las exigencias de excarcelación que pudiera plantear ETA no sólo se deriva del derecho, sino también de la ética. Vladimir Jankélévitch, en su obra Le pardon, delimita con nitidez las tres condiciones que se requieren para definir el perdón. La primera alude al hecho de que éste es siempre «un acontecimiento... que tiene lugar en tal o cual instante del devenir histórico», que se sitúa en un momento determinado porque no es el tiempo el que perdona y el perdón no es olvido, pues para perdonar es ineludible la memoria del agravio. La segunda destaca que el perdón sólo se puede realizar dentro de «una relación personal entre dos hombres, el que perdona y el que es perdonado»; y, por ello, ningún perdón verdadero puede ser el resultado de una decisión colectiva, ningún parlamento ni ningún gobierno pueden perdonar en nombre de quien ha sido agraviado, «ni el Estado, ni el pueblo, ni la Historia -nos recuerda Sandrine Lefranc en su Politiques du pardon- pueden pretender perdonar». Y la tercera señala que el perdón se desenvuelve al margen de cualquier legalidad, pues es «un don gratuito del ofendido al ofensor»; y de ahí que, según señala Paul Ricoeur, «nunca se debe» y «sólo se puede demandar», pudiendo ser rechazado con toda legitimidad.

¿Cómo entonces el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero puede aspirar a dar una solución «al problema de los presos»? ¿Cómo, incluso, se puede pretender que existe tal problema, haciendo una completa abstracción de las víctimas agraviadas por el terrorismo? Es evidente que cuando se intenta negociar medidas de gracia con los terroristas, se expropia a la vez, ilegítimamente, a esas víctimas su derecho a ser los sujetos del perdón. Y ello se hace tanto con respecto a las que vieron su vida arrebatada por asesinos como a las que hemos sufrido el dolor de su pérdida y no somos sino espectros supervivientes a los que no nos queda más que un hálito para expresar la reivindicación moral de nuestro resentimiento. Los que murieron nunca podrán perdonar, pues, bajo el peso de la losa que se cierne sobre ellos en los cementerios, jamás lograrán dar expresión al que hubiera podido ser su deseo; y nosotros, los que les hemos sobrevivido, no nos podemos poner en su lugar, pues, aunque hayamos vivido su ausencia, ni siquiera hemos rozado esa muerte que llegó para arrancárnoslos. El perdón a los que han cometido el delito más absoluto, a los que han perpetrado el crimen irreparable, no es posible bajo ninguna circunstancia por intenso que pudiera ser el deseo de un gobierno o, incluso, de una sociedad para concederlo.

Sólo los que hemos sido sus víctimas tenemos el derecho al perdón de los terroristas. Tal derecho se limita al agravio concreto que ha sufrido cada uno de nosotros personalmente, sin que pueda extenderse sobre el de otras víctimas, incluso cuando éstas fueran nuestros seres más queridos. Y podemos ejercerlo a nuestra voluntad, pues nadie tiene la potestad para exigírnoslo. Podemos negarnos a perdonar y reivindicar nuestro resentimiento -proclamando con Enrique Múgica, nuestro Defensor del Pueblo, que «ni olvidamos ni perdonamos»- sin que nadie tenga razón para reprochárnoslo.

El presidente del Gobierno tal vez quiera usurparnos nuestro derecho, tal vez desee propiciar, a través del indulto a terroristas, ejerciendo el perdón estatal, la realización de una injusticia contra nosotros y contra nuestros allegados, a los que día a día lloramos. Si lo hace, habrá minado la legitimidad del Estado democrático, habrá asentado su poder sobre la traición a los vivos y a los muertos, habrá impedido nuestra reivindicación de justicia y no de venganza -porque, aun en el límite en el que se nos ha colocado, seguimos creyendo que ni la más cruel de las represalias puede borrar la culpa de los asesinos-, y habrá hecho una vez más verdadera, porque la Historia se escribe muchas veces simplemente cambiando las fechas, la sentencia que dejó escrita Albert Camus: «Las víctimas acaban de llegar al colmo de su desgracia: se fastidian».

2005-05-24

El filósofo y el presidente

Lo cierto es que en aquella cena, el presidente del Gobierno le desveló a él en privado que una oferta de ETA para dejar las armas "sin letra pequeña y sin contrapartidas políticas, con la única condición de que se dé salida a los terroristas presos". Savater se mostró sorprendido de que este hecho haya provocado indignación entre los familiares de las víctimas. "Yo lo que no digo es que haya que dar una amnistía y dejar en la calle al autor del atentado de Hipercor". Señaló que gente como el jefe de ETA, Mikel Antza, "no tienen delitos de sangre" y añadió: "Se puede hablar de acercamiento de presos como un gesto de buena voluntad. Eso sí. Siempre hemos hablado de esas cosas"

Esta cita, recogida textualmente de la noticia ofrecida por Libertad Digital, muestra la estupidez -o el cinismo, o ambas cosas- del Presidente.
La expresión
"sin letra pequeña y sin contrapartidas políticas, con la única condición de que se dé salida a los terroristas presos" requeriría un análisis psicológico para determinar la capacidad intelectual del Sr. Rodríguez. Seguramente todo responda a que el papel que le han enviado los terroristas está escrito con letra arial 24 y la exigencia de la banda no sea política. Ignoro si el Sr. Savater estaba invitado a la cena en La Moncloa con un objetivo pedagógico y didáctico o simplemente como aderezo de la reunión -¿ética, estética o política?-. Si olvidó en los estantes de su casa su ética o su política, quizá se debió a un exceso de confianza en las capacidades intelectuales y culturales de su anfitrión. En todo caso, puede escribir ahora una nueva "Ética para José Luis" o "Política para ZP".

Pero que no olvide incluir en sus textos alguna de estas palabras:
Memoria
.
Dignidad.
Justicia
.


Y que aprendan a mirar a los ojos a las personas. Sin olvidarse de las víctimas del terror.

Nostalgia del Kursaal

Agapito Maestre
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El lunes, 23 de mayo de 2005, estuve tentado de retirar de mi vista una fotografía de periódico, que me ha acompañado durante más de cuatro años. Por unos instantes había desaparecido la grandeza, más aún la pureza, recogidas en aquella imagen. La prensa del lunes publicaba unas palabras que parecía romper el significado de la foto. Pertenecían a uno de los que allí aparecían. Porque yo no era capaz de reconocer sus declaraciones, sentí desazón, tristeza y desánimo. Pensé que eran una rendición a las promesas privadas de un político ventajista. Miles de sombras pasaron por mi cabeza, sin embargo, nunca pensé en la traición. ¡Qué extraño! Pero, en cuanto la sombra de la rendición se alejó de mi imaginación, me asaltó la crítica a la Pereza de Dante: “Aquella gente que no quiso compartir hasta el fin las fatigas del hijo de Anquises se ofreció por sí misma a una vida sin gloria”. Mi amigo, dije para mis adentros, quizá ya no aspire a ésta, pues que el triunfo lo ocupa todo en su vida. ¡Quién sabe!

La fotografía, sin embargo, sigue al lado de mi mesa de trabajo. Porque todavía hay dos personas que sigue manteniendo las mismas posiciones de entonces. Son dos hombres, dos genuinos hombres públicos, unidos por un apretón de manos. En la foto, estos dos hombres de diferentes partidos unen sus manos, mientras un tercero, de rostro sonriente y decidido, ayuda con las suyas a estrechar esa unión. Miro la fotografía y siento nostalgia de aquel extraño y grandioso acontecimiento. Sucedió hace poco más de cuatro años, el 28 de abril de 2001, en San Sebastián, no muy lejos de la calle Triunfo, donde había nacido el promotor y testigo de esta unión. En el Kursaal de San Sebastián tuvo lugar el primer acto importante de la campaña electoral vasca de 2001 convocado por ¡Basta Ya!

El principal animador del acto me invitó por teléfono a participar y allí me fui. Recorrí más de mil kilómetros. Estuve conduciendo casi toda la noche. Llegué agotado. El acto había empezado y el salón estaba abarrotado de público. Pero nada más entrar en el Kursaal sentí que estaba asistiendo a algo único. El coraje cívico y el alarde de ingenio de los organizadores conmovieron a toda España. Logré colocarme en un sitio magnífico, entre el escenario y la gran masa de asistentes, en una especie de plataforma desde la que veía perfectamente quienes ocupaban el escenario, víctimas la mayoría del terror de ETA, y de frente, al fondo, estaba la gran masa de público asistente. Presentaban el acto una mujer de rostro bondadoso y voz serena, Maite Pagazaurtundua, aún no habían matado a su hermano, y un periodista voluntarioso, José María Calleja, que más tarde conocí personalmente en las tertulias de la radio. Fue un acto hermoso. Los defensores de la Constitución creíamos que el terror podía ser derrotado. El discurso era certero y la moral alta. Gritábamos: unidad, unidad y unidad.
Se hizo el silencio y los focos se dirigieron hacia el centro del Kursaal. Allí apareció mi amigo, en el centro, a su izquierda estaba Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros a la derecha. Juntaron sus manos y los asistentes aplaudimos gritando: España, España, España. El acto del Kursaal fue, seguramente, uno de los acto políticos más importante de la democracia española. Evanescente, sin duda, como todo lo grandioso. Un acto genuinamente político por el que siento nostalgia. Eclipsó toda la faramalla socialista de Polanco y González siempre dispuesta a entregarse al nacionalismo.

Al acabar me reencontré con muchos amigos y también, porqué no decirlo, con gentes extrañas, arribistas, incluso tropecé con uno que unos meses antes había censurado un artículo mío, porque yo mantenía que los objetivos finales de nacionalistas y terroristas eran idénticos. Pero no le di la mayor importancia, porque lo que allí había sucedido unos minutos antes era algo único. Magnífico. La manos de aquellos políticos habían logrado unirse por algo más que piedad, por algo más que “el dolor que sentimos por las víctimas” del terrorismo. Aquellas manos compartían, en verdad, pasiones, en cierto sentido el acuerdo era fruto de la compasión, pero el acuerdo estaba dirigido por el amor a una nación, España. El PP y el PSOE estaban unidos, como dijo ayer mismo Nicolás Redondo Terreros, por unos principios, unas reglas de juego comunes a quienes defienden la libertad. Allí se defendía la nación y la unidad de España, una realidad indisoluble, que fundamenta nuestra Constitución.

Más tarde, el 13 de mayo, los constitucionalistas perdieron las elecciones, pero ganó la dignidad. Recuerdo bien lo que escribí un día después. Lo recuerdo, porque se lo dediqué a quien me había invitado al acto. Sintetizo lo escrito. La regla aritmética de las mayorías no agota la democracia, y menos en sociedades sometidas al terror y al clientelismo político. El 13 de mayo ganaron los resentidos. Su precio en el mercadeo electoral ha subido unos enteros, pero ha crecido la dignidad de los perdedores. La campaña ha sido perfecta para los perdedores, pues han escrito una de las más bellas páginas de la historia de la dignidad humana. Han denunciado con pulcritud democrática la inmoralidad del voto nacionalista. Prueba de lo acertado de la denuncia, de la necesidad de desmontar un tejido social y político corrompido por el crimen, la extorsión y el chantaje de una banda terrorista, acompañada por un partido que se confunde con la administración autonómica y con la sociedad, o sea un partido totalitario, es que los constitucionalistas han perdido en las urnas. En su derrota reside su dignidad. Ésta, según nos han explicado tan pedagógica como valientemente los constitucionalistas, sólo tiene una definición. La dignidad es lo que no tiene precio ni recompensa. Una mayoría de votos por grande que sea no determina la dignidad, sino el precio que paga una sociedad aterrorizada porque los asesinos y sus acompañantes les perdonen la vida.

La dignidad no es pedir que lo dejen a uno “tranquilo”, mientras ve morir y padecer a sus semejantes. La dignidad no es paz de cementerio. La dignidad es luchar porque unos “individuos”, que no pasan de animales acorralados, adquieran rango humano. La dignidad es combatir para que el otro deje de ser un mero cliente y pase a su condición más humana, ser ciudadano. La dignidad no tiene recompensa, porque es lo que eleva al ser humano por encima de los animales. La dignidad, presupuesto de cualquier otra virtud, es el espejo que han creado los constitucionalistas para que el resto de los españoles, de los ciudadanos del mundo, puedan mirarse en él sin sentir vergüenza de ser hombres. El odio a la virtud, a lo que nos da la vida, ha sido la reacción mayoritaria de unos atribulados individuos ante la posibilidad de libertad y paz para todos los hombres residentes en el País Vasco. El “hombre” da asco, cuando se siente empequeñecido por el miedo, la estulticia y con la panza llena. Terror, clientelismo, manipulación permanente de las ideas, acompañados de todo tipo de resentimientos, son las causas fundamentales de la derrota de los defensores de la libertad para todos los vascos.
Los resentidos, los incapaces de ver la excelencia de la virtud democrática, culpabilizaron al bloque constitucional de unos resultados matemáticos, sin comprender que por primera vez en la historia de la democracia española dos partidos políticos, PP y PSOE, acompañados por lo más desarrollado de la sociedad vasca y española, defendieron, precisamente, aquello que a los asesinos, a los nacionalistas y a otros “aritméticos” de la política les da vida: España, Estado de Derecho y Nación Democrática. Aunque sólo fuera por eso, ahora, más que nunca, debemos gritar: ¡Basta ya de estrategas de la política que confunden causas con efectos! ¡Basta ya de engaños que confunden valor y precio, dignidad con mayorías!

En fin, el discurso de ¡Basta ya!, como el de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y el Foro de Ermua, no podía ser otro que el de la dignidad. Mantenerlo ha sido, es y seguirá siendo la esencia de la democracia española. Por eso, la AVT convocó la manifestación del 22 de enero y por lo mismo nos manifestáremos el día 4 de junio en Madrid. Sin embargo, ayer, el hombre que luchó por la dignidad, ha preferido cambiar de registro y jugar a otra cosa, un juego peligroso, que no me atrevo a llamarlo por su nombre. Pero sería gravísimo, si como circula por ahí, la rectificación de mi amigo a las declaraciones al diario ABC ha salido de un fax de La Moncloa.

En todo caso, porque la dignidad ha sido derrotada por el Gobierno de Zapatero, siento nostalgia del Kursaal. Nostalgia de la política.

Todavía hay más esperanza

A la propuesta de don Jesús García Burillo, Obispo de Ávila, para que le sea concedido el Premio Príncipe de Asturias 2005 a las Hijas de la Caridad, añado hoy, con la exquisita ironía que le caracteriza, la sugerente iniciativa de don Amando de Miguel. Y cito de su artículo enlazado a esta reseña:

"Espero que mis lectores me apoyen para proponer su candidatura al próximo Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación. Y si no, díganme qué otro medio ha seguido una estela tan rampante en la constelación de periódicos digitales españoles. La cuestión no es de mérito, que lo tiene suficiente Libertad Digital. Su reconocimiento a través de un premio tan destacado como el del Príncipe de Asturias equivaldría a que el “pensamiento dominante” aceptara la presencia de LD en la galaxia cultural."

Cuenten conmigo ambas propuestas que realmente conferirían dignidad a los Premios y realzarían su prestigio, porque, además, una sociedad capaz de reconocer los valores que estas instituciones representan es necesaria en España. Pero a mi desconfianza de ayer en los méritos del jurado, mi pesimismo de hoy.
Mientras tanto, seguiremos promoviendo una sociedad mejor para construir la España que necesitamos. Y concordia, solidaridad, cultura, libertad, protagonismo del hombre, de las personas humanas, en sociedad para mejorar el mundo a nuestro alrededor. En nuestro tiempo.
Sea.
Ahora nos queda un sueño, que se premien a las Hijas de la Caridad y a Libertad Digital.

2005-05-23

Esperanza

Destaco esta noticia por el valor que tienen los gestos de reconocimiento en nuestra sociedad. Mucho me temo que el Premio Príncipe de Asturias no recaiga en las Hijas de la Caridad. El esfuerzo, la entrega, la dedicación al débil, la abnegación, la sincera solidaridad -raíz cristiana-, no serán suficientemente valorados por el jurado de unos premios que sólo reconocen el mérito que otros ya han acreditado.
Pero es que, además, premiar en España a una institución de profundo carácter católico, puede resultar ofensivo para este Gobierno del talante, y estos premios tienen unos patrocinadores con sensibilidades muy próximas a las que representa el partido del gobierno.

El obispo de Avila solicita el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia para las Hijas de la Caridad

AVILA, 23/05/2005 (EUROPA PRESS)

El obispo de Avila, Jesús García Burillo, ha solicitado formalmente, junto con otros obispos de la Conferencia Episcopal Española, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2005 para las Hijas de la Caridad, instituto que dedica sus esfuerzo a tareas humanitarias y sociales "de especial necesidad" en 93 países.

En defensa de su petición el prelado afirmó que las Hijas de la Caridad "prestan un inestimable servicio social de carácter universal, merecedor de un agradecimiento público por parte de la sociedad a estas personas que entregan plenamente su vida a la atención de los más pobres, marginados y olvidados, siempre promoviendo la justicia, la paz y la solidaridad, por pura generosidad y altruismo".

En este sentido García Burillo recordó que las Hijas de la Caridad se encargan de niños de la calle, jóvenes sin apoyo familiar o social, víctimas de la guerra, refugiados, enfermos de SIDA o de lepra, disminuidos físicos y mentales, drogadictos, presos, mujeres maltratadas, ancianos en soledad, transeúntes, personas sin techo, emigrantes.

En la Diócesis abulense, siete comunidades de las Hijas de la Caridad trabajan al servicio de transeúntes, ancianos abandonados y de mayor necesidad, servicios sanitarios y de educación, prestando su labor en el Albergue de Transeúntes de Cáritas, en la Casa de Misericordia, en los colegios "Medalla Milagrosa" y "Las Nieves", en el Hospital Provincial, y en las residencias de ancianos "Virgen de Valsordo", de Cebreros, y "San Esteban", de Sotillo de la Adrada.

2005-05-22

CARTA DE UNA VÍCTIMA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Señor Zapatero: Soy una víctima del terrorismo que quiere expresar sus sentimientos en estas convulsas fechas en las que parece que nadie nos tiene en cuenta en esta sociedad que usted preside, sobre todo después de los últimos acontecimientos y tras las elecciones en el País Vasco.

Déjeme decirle, señor Zapatero, que se nota mucho que usted nunca ha tenido que vivir callado, excluido, reprimido y, lo que es peor, vejado y relegado de su propio país. Me alegro de que haya sido así pero me veo en la obligación de recordarle que hay muchas familias que hemos vivido y viven así. Sin ir más lejos mi familia y yo hemos soportado esta situación durante doce largos años en el País Vasco. Todo ello para terminar con el peor de los finales: el asesinato de mi esposo, un hombre de bien y respetuoso con todos y, sobre todo, con el estado de derecho, cuyo único pecado era (para esas alimañas carroñeras de ETA) vestir un uniforme.

Señor Zapatero, quiero recordarle que el estado de derecho que usted preside debe ampararnos a todos pero que yo, por desgracia, veo que no es así porque, como le digo, tras los últimos acontecimientos y el anuncio de negociaciones con esa banda de asesinos me siento desamparada como ciudadana y, lo que es peor, otra vez ignorada y vejada como víctima del terrorismo. ¿Dónde está su talante, señor presidente? Yo también reclamo ese talante como ciudadana y más como víctima porque, como tal, he pagado un precio muy alto, el más alto que se puede pagar por una sociedad en paz y en la que los ASESINOS no deben tener cabida ni representación.

Dice un refrán que no hay peor ciego que el que no quiere ver y eso es lo que le pasa a usted con el Partido Comunista de las Tierras Vascas. ¿Que no hay pruebas? Yo no soy jurista pero, eso sí, tampoco ciega ni sorda, y esa gentuza nos puede decir más alto pero no más claro a quién sirven. Usted dice que no ve indicios ni pruebas que los vinculen con ETA, y yo creo que los árboles no le dejan ver el bosque. Esos árboles que, a mi humilde entender, son esos votos que los asesinados ya no ejercen y esa ingenuidad, o diría mejor afán de protagonismo, de pasar a ser el gran libertador de nuestro país. Pues bien, yo desearía ser la persona más equivocada del mundo pero a conversaciones anteriores me remito, como las de ARGEL Y SUIZA. ¿Es que no son suficientes dos tropiezos en la misma piedra para saber que con los asesinos no se puede negociar? ¿Es que no nos damos cuenta de que en esta negociación no son equiparables los términos?

Señor presidente, las víctimas ponemos nuestros muertos sobre la mesa, pero, ¿qué ponen los asesinos? La experiencia ha demostrado muchas veces que ETA solamente conoce el lenguaje de las armas, el pin pan pun, como ellos dicen, y utilizan la buena voluntad y los deseos de paz que existen en nuestra sociedad para engañarnos a todos con treguas ficticias y conversaciones vacías que emplean para reorganizarse, rearmarse y afianzarse más en sus acciones sangrientas.

Señor presidente, quisiera ver de una vez por todas que esa tolerancia de la que hace gala con otros colectivos se extiende también hacia las víctimas del terrorismo, que llevamos muchos años esperando que se nos escuche y que se nos haga justicia en nuestro propio país. No sé si se da cuenta de que somos más de mil víctimas a las que esa banda de asesinos ha condicionado la vida y la de nuestras familias. Más de mil personas con los brazos abiertos a la paz, que es lo que más deseamos, pero también abiertos a la justicia y a que cada parte asuma su condena. La nuestra es vivir sin nuestros maridos, padres, hermanos y amigos, pero la de los terroristas es vivir entre rejas.

Somos más de mil personas que posiblemente no sumen muchos votos pero, señor presidente, somos mil votantes y mil ciudadanos con los que usted no está cumpliendo. Una parte importante de su país, que también es el nuestro, a la que está abandonando y dejando a su suerte. Porque ¿quién piensa en nosotros, en nuestros muertos, en cómo sería nuestra vida si no se oxigenase a los terroristas con tantas conversaciones y se les aplicasen las leyes del estado de derecho?

Yo me he visto sola educando a mis hijos, sin que ninguna universidad les regale un aprobado o una matrícula como ocurre con los terroristas. Pero yo no le pido nada, señor presidente, tan sólo lo que me corresponde como ciudadana, que es ver cómo se cumplen las leyes que rigen el Estado en el que vivo y que no excluya a los casi mil asesinados y más de 5.000 heridos como consecuencia del terrorismo que asola nuestra sociedad.

Siento ahora mismo que parte de mis impuestos van a servir para pagar las balas y las bombas que van a dejar otra vez tanto dolor, amargura y soledad en nuestra sociedad. ¿Está permitiendo eso, señor presidente?

Fina Saavedra, Delegada para Galicia de la Asociación Víctimas del Terrorismo.

2005-05-20

Un rey para España

El artículo de Pablo Molina en Libertad Digital a propósito de los silencios del Rey de España en los actuales momentos -cruciales- de la política española, confirma mi pesimismo acerca del futuro de la patria que me vio nacer.
Este rey nuestro está como el emperador del cuento de Andersen, pero aquí todavía no ha aparecido ningún inocente capaz de revelarnos el engaño.

Lo triste es constatar que ahora tenemos un Gobierno que muchos -la gran mayoría- cree -iba a decir que piensa, pero no es cierto- que nos merecemos, y que no gobierna. Y tenemos un rey que no hace nada. Poco trabajo le dan estos socialistas, que todavía no han sometido ninguna ley a su refrendo ¿o estoy errado? Mas, él está encantado con ser uno de los primeros monarcas en refrendar una ley para banalizar la familia tradicional, equiparando una aberración social al matrimonio. Él estará encantado en refrendar leyes que pulvericen la España que constituye la esencia de su dignidad, cuando España esté rota que haga el favor de irse con el cachito que se separa, que no nos ofenda ni humille con su presencia en la tierra que no es capaz de defender.
Temo que no está lejos el día que tenga que oír las palabras que se le pudieron haber dirigido al triste Boabdil.

En la raíz.

Esta entrevista a Gotzone Mora, explica muchas cosas.

Cuba

Por ellos, por todos.

Negociación en mi nombre ¡NO!

Negociación

Desde mi ignorancia en la política y en la negociación -me perdía ya en esa magistral lección de "la parte contratante de la primera parte..."- esta breve reflexión, apenas una incógnita:

¿Tiene que autorizar el Parlamento al Gobierno, para que entable una negociación con una banda criminal -terrorista, totalitaria, separatista-, sin que se vayan a plantearse cuestiones políticas?

No me satisfacen los análisis que proponen autores como Fernando Delgado Gal en ABC.
Más encaminado creo que está Jorge Vilches en Libertad Digital.

2005-05-19

¡Ánimo!

He reflexionado sobre mi natural tendencia al desánimo, constatando que se trata de un estado que comparto con aquellas personas con las que tiendo a identificarme y que me son más afines por ideología, cultura, inquietudes sociales o económicas...
Tal vez sea una percepción inversa al discurrir de la realidad. Trataré de explicarlo: pudiera ser que la afinidad sea el resultado de compartir una similar percepción del mundo. En todo caso, lo cierto es que coincidimos en apreciaciones y valoraciones de los acontecimientos y además nos identificamos como pertenecientes a la misma comunidad.
Por esa razón, porque sé que ya no estoy solo, procuraré promover la empatía de nuestros sentimientos con el universo que nos circunda, comenzando, evidentemente, por lo más próximo e inmediato, tanto en lo espacial como en lo temporal.
Y mi propósito primero es enmendar el desánimo. Afrontar las dificultades con valentía y esforzarme en la consecución de un mundo mejor día a día.
No sirve de nada, apenas ha surtido efecto hasta ahora, la denuncia constante de los errores, si no hacemos actuar los engranajes que creemos que solucionan el problema, asumiendo -lo añado con temor- el riesgo de provocar un mal mayor quizás destrozando la maquinaria que está atascada. Pero sólo si asumimos el compromiso de sustituir las piezas estropeadas estaremos en el buen camino para superar todos los problemas actuales.

He constatado que resulta contraproducente la crítica veraz de los errores ajenos. Sólo el buen ejemplo de la correcta actuación incita a que el errado trate de subsanar los fallos, evitando su humillación, aunque no siempre es posible evitarle la vergüenza. Peor es descubrir que el mal no fue consecuencia de torpeza sino de mala fe, porque entonces la respuesta a nuestro empeño de solucionar los fallos es contestado con rencor, con hostilidad y con mayor encono para provocar la destrucción total.

Bueno, ánimo y que Dios nos asista y la inteligencia nos ilumine.

2005-05-18

España traicionada

El futuro se aclara, el temporal escampa. La paz, la calma...
Tranquilo, descansa... Sssh... ¡calla, mi niño, descansa!

¡Sssh! Silencio... Silencio y olvido.
Hubo orgullo en la patria, nación de gloriosas empresas.
Hoy no hay nada, salvo despojos y cenizas.
Con lágrimas, esfuerzos vanos y entrega traicionada, se forjó España.
Yace, vedla destrozada, aquí.
Esta última lágrima es para ella.
Arranco ya estos ojos que nunca más han de verla, para no verter jamás más lágrimas amargas.

Capitulación escrita


Agapito Maestre

No quiero escribir. No quiero analizar la infamia. No quiero perder el tiempo con miserables. El golpe de Estado dado ayer por Zapatero, en el Congreso de los Diputados, me ha indignado, pero no me ha sorprendido. Escrita estaba la capitulación por quien escribe. Lo vengo contando desde hace más de un año. Por lo tanto, hoy, necesito repasar lo dicho. Necesito mirar atrás para tomar impulso. Necesito ratificarme contra los totalitarios, los mentirosos y los golfos. La entrega, la capitulación de España a los terroristas ha estado planificada por unos infames. Repito lo escrito en este periódico con sus fechas exactas. Elijo tres textos de marzo de 2004. Los tres fueron pensados después de la tragedia de Madrid.
¡Ahí van!
11.3.04: Hay que repetirlo: Sobre el llanto de España triunfa el socialismo español. Sobre la sangre derramada en la masacre de Madrid el socialismo construye su poder. Sobre los cientos de muertos de Madrid, de España y del mundo entero cimienta su victoria electoral el PSOE. Sobre el sufrimiento y el miedo al terrorismo se asienta el poder de los socialistas españoles (…). La masacre de Madrid abandonó a los españoles a una terrible opción, un dilema perverso, un autoengaño psicológico: o seguían al PP en su combate contra el terrorismo o castigaban al PP votando al PSOE. Optaron por la segunda opción, o sea, se rindieron a los objetivos terroristas... ¡España trágica!
19.3.05: Zapatero ha dicho que retirará las tropas españolas de Irak. La noticia ha conmocionado al mundo libre, incluso Kerry, el candidato demócrata a la presidencia de EEUU, ha criticado la medida, porque es una claudicación de las democracias ante el terrorismo. El fracaso de España es ya un fracaso universal.
26.3.5: No nos engañemos, el PSOE intentará borrar al principal partido de la oposición, el PP, de la política española. Los otros, los partidos nacionalistas y similares, no serán “oposición”, porque los socialistas irán a todas partes cogidos del brazo con ellos para cambiar el actual sistema político. La nación democrática española tal y como la conocemos desaparecerá, porque los nacionalistas y los socialistas impondrán un cambio de régimen. No será necesario que Zapatero decida los cambios, sino sólo que logre plegarse a las exigencias de los nacionalistas y terroristas. La inanidad tiene sus ventajas. Para que esta operación se lleve a cabo con éxito, el PSOE sólo tendrá que actualizar el grito de Lenin (…). Ese grito volverá a ser para el PSOE la consigna de la próxima legislatura. Vale la pena recordar las palabras de Lenin, porque será el leitmotiv principal para acabar con el régimen democrático, según fue establecido en la Constitución española de 1978. Además, los socialistas ya lo vienen practicando con gran éxito en Cataluña y en el País Vasco. Ojalá me equivoque, pero ya verán como el PSOE desconsiderará al PP, cuando éste critique las políticas socialistas por seguir a pies juntillas las exigencias de nacionalistas, terroristas… Será precisamente entonces, cuando oiremos los fatídicos argumentos de Lenin: “Con palabras como libertad de crítica no nos engañarán... No necesitamos ahora ninguna oposición, compañeros, no es el tiempo para ello. Aquí o allá con el fusil, pero no con una oposición. Esto es el resultado de una situación objetiva, de si están conformes o no... Y pienso que la asamblea del Partido debe sacar la conclusión final de que ahora la oposición ha terminado de una vez por todas, ¡estamos cansados de la oposición.”
Pues eso, queridos lectores, ayer, día 17.3.2005, el Congreso de los Diputados ratificó la primera fase del régimen totalitario impuesto por el PSOE: ¡Hay que eliminar a la oposición!

Amigos y enemigos


"El Congreso de los Diputados aprobó la tregua a la ETA. No es que los criminales enfunden la Parabellum, no: el Reino de España depone las armas del Estado de Derecho y proclama que como los terroristas son tan buenas personas que hace dos años que no le pegan un tiro en la nuca a nadie, no hay más remedio que sentarse a negociar con estos pedazos de patriotas. ¿Asesinos dice usted? Póngase el chip, por favor: de asesinos, nada. ¡Unos héroes de la patria vasca! ¿Las Nekanes de EHAK? Unas heroínas, ante las que toda sonrisa de López y de Rodríguez es poca. Con María San Gil es con quien hay que tener cuidado. Ya saben cuál es ahora el problema vasco: se llama María San Gil.
Y quien no esté de acuerdo con esta tregua a la ETA que el Gobierno ha decretado, ¿sabe usted lo que es? Pues un extremista, un ultraderechista, un facha, que se opone al proceso de paz. Un tío sin apoyos de su partido, que quiere contentar a la España más reaccionaria. Sí, ya sé que la Ley Antiterrorista quien la propuso al Gobierno de entonces fue Rodríguez Zapatiesta, y que el PP la adoptó como suya".

¿Qué se destrozó en España el 14 de marzo de 2004?
Se destruyó España.
El 11 de marzo de 2004, lo que no pudo hacer ETA durante treinta años, lo consiguieron cuatro desarrapados musulmanes, la mayoría procedentes del país amigo del Sur, ese país tan del gusto de nuestros socialistas. Ese país al que nuestro actual Presidente, Rodríguez, rinde pleitesía constantemente.
El Gobierno sabe que existe un peligro en España. Que hay gente mala, muy mala en España. Que hay organizaciones contra las que hay que luchar, a las que hay que combatir, con todos los medios, pero todos, todos -legales, alegales, ilegales, políticos, mediáticos, sociales, culturales...-.
¿Creen ustedes que se trata de la ETA, o de las mafias, o de los delincuentes -incluidos asesinos, violadores, maltratadores...-, o de cualesquiera otro tipo de maleantes?
Pues no.
El Gobierno lo sabe y sus apoyos parlamentarios también lo saben.
Los malos, malísimos, son los votantes, militantes y políticos del Partido Popular.
Y las familias tradicionales, esas en las que no suelen abundar los maltratadores, las que son estables porque están fundamentadas en el respeto, en la dignidad, en el esfuerzo compartido, en la responsabilidad, en la integridad proporcionada -principalmente- por una coherencia interna de raíz cristiana.
Y, en general, todos los cristianos, especialmente los católicos.
Pero, sobre todo, ya lo sabemos, los militantes del Partido Popular, junto con las víctimas del terrorismo etarra. Algunas otras víctimas, algunas víctimas de terrorismos amigos, esas también tienen un lugar en el corazoncito de nuestro entrañable Presidente Rodríguez.

Por esa razón, desde el 17 de mayo de 2005, ya se sabe con quién hay que estar y a quién hay que combatir.
El Partido Popular está solo.

Día 1º de la Infamia

Rosa Díez ya ha sido invitada por el PSE a abandonar el partido por "coincidir con el PP"

¿Sorprende? No, no puede sorprender. Poco antes de las elecciones en el País Vasco, Rosa escribía una carta pública que titulaba La dignidad y el poder, como reflexión a sus partidarios. Uno de sus párrafos estaba dirigido a su compañero, candidato a Lehendakari, Patxi, haciendo suyas las palabras que la madre del asesinado Joseba Pagazaurtundúa le dijera en el aniversario de su asesinato:
"Cuando tengas que tomar decisiones, pon en un lado de la balanza lo más importante: la vida, pero también la dignidad. En el otro lado pon entonces el poder y el interés del partido. Y sabrás si tu decisión es correcta o no. No te olvides de que quien pacta con los traidores se convierte en un traidor"
Después de las elecciones, Patxi ya sabe si su decisión es correcta.
La vida y la dignidad.
El poder y el interés del partido.

Podré no compartir sus ideas, pero no podré dejar de admirar la valentía en la defensa de sus convicciones, precisamente porque son convicciones. Enfrentados en el debate, saldremos ganando todos si nuestra pretensión compartida es descubrir el camino de la verdad. Encontrarla nunca será fácil.
Es infame que se pretenda expulsar a Rosa Díez -¿seguirán expulsando a quienes critican sus acciones, cuando son traiciones ciertas?- del partido socialista. Ella no puede ser acogida en el Partido Popular. Honestamente, su planteamiento ideológico difiere esencialmente del espíritu que anima el Partido Popular. Seguramente contará con el apoyo moral y con la comprensión personal y humana de quienes son sus contrincantes políticos. Pero, como ya he señalado, sus convicciones políticas no tienen acogida posible en la estructura conceptual del Partido Popular. Por esa razón, la respuesta del PSE es una muestra más de totalitarismo. Anular las conciencias, aniquilando los corazones, los espíritus; destruyendo los esfuerzos de quienes se entregan a la defensa de unos intereses traicionados...
Rosa Díez, Gotzone Mora, Redondo Terreros, Totorika...

2005-05-17

Adiós emocionado



Adiós, España.
En tu seno nací,
siempre en mi seno
te llevaré.

Siempre,
porque sin ti no sería,
y serás, mientras yo viva,
mi patria querida.

Martes, 17 de mayo de 2005
Día de la Ignominia.

España derrotada

No sé dónde está escrito que el PSOE anunciara en su programa que pretendía rendir España, de la manera más ignominiosa, en la batalla contra el terror.

Miles de familias destrozadas gracias a las acciones de ETA, hasta ayer.
Millones de familias destrozadas hoy por la más ominosa acción de un parlamento que traiciona a España.

Desde hoy vivo, ya para siempre, el exilio de mi patria.

Y vosotros que me preguntáis a qué se deben mis temores y mis zozobras, ¿todavía no lo entendéis?
Pero ¿acaso no lo sufrís también vosotros?

Adiós, amigos; ya somos extraños en nuestra tierra.
Alguien nos ha quitado las entrañas y seguimos viviendo vacíos. Todavía no somos conscientes de ello; quizá ya nunca seamos conscientes de nada.
Adiós, amigos...

2005-05-16

España sin Ejército

Sí. Asistimos a la destrucción de la patria.

España ya no necesita Ejército. Por esa razón se ha nombrado al Sr. Bono Ministro de Defensa, que -orgulloso- proclama preferir dejarse morir a tener que matar. Sí, absurdo, incluso malsonante en nuestro idioma dicho así: dejarse morir. Él empleó la expresión inteligible: prefiero que me maten a tener que matar. Tampoco es lo mismo dejarse morir que dejarse matar, ni preferir morirse...
Pero tan experto cínico, sutil y sibilino, demuestra nuevamente su maestría en el arte de la confusión.
En el arte de la confusión, el actual Gobierno, en pleno, infunde el magisterio. Y nada es ya, ni semeja, lo que debiera ser.

Según informaba ayer la Agencia Servimedia, una de las enmiendas presentadas por los peneuvistas al proyecto de ley orgánica de la Defensa Nacional que se tramita en el Congreso, es la de sustituir el artículo en que se alude que entre las funciones de las Fuerzas Armadas está el defender la actual configuración de la nación española.

Su enmienda propone una redacción distinta al artículo 14, incluido en el Título III, que se refiere a las “Misiones de las Fuerzas Armadas y su Control Parlamentario” y que alude al papel que da la Constitución a los militares en la defensa de la integridad del país. Los nacionalistas vascos piden que el punto primero de este artículo haga referencia únicamente a que el Ejército (en lugar de las Fuerzas Armadas, según establece la Constitución) tiene entre sus misiones el “contribuir militarmente a la seguridad de España y de sus aliados·”, y que deben “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.

Según el partido que preside Josu Jon Imaz, con la redacción actual, parece que el Gobierno quiera atribuir al Ejército “una función policial represiva de cara al interior del propio Estado y una función realmente militar únicamente de cara al exterior”. El PNV pide también la supresión de diversos artículos del proyecto de ley del Ejecutivo, entre los que están los referidos a que, durante un conflicto bélico, la Guardia Civil y la Policía Nacional pasarían a depender del Consejo de Defensa Nacional. Los nacionalistas vascos quieren eliminar el artículo 28, que hace referencia al Centro Nacional de Inteligencia y a que este organismo “contribuirá a la obtención, evaluación e interpretación de la información necesaria para prevenir y evitar riesgos o amenazas que afecten a la independencia e integridad de España”.

Noticia de un editorial

El editorial de Libertad Digital del lunes 16 de mayo de 2005, anima -y alienta- el esfuerzo que requiere mantener este cuaderno de anotaciones en una España a la deriva que está a punto de desintegrarse. El acoso, y hostilidad manifiesta, hacia los representantes, militantes o simpatizantes del Partido Popular, promovido abiertamente por el partido del Gobierno y todos los que lo apoyan interesadamente -mezquinamente-, está provocando una fractura social.
El deterioro institucional, el desprestigio internacional, la aniquilación del pensamiento, la destrucción de la dignidad, la anulación de la historia, la pérdida de la memoria... Incluso la renuncia a la libertad individual, está siendo implantada en la patria que nos vio nacer y a la que veremos morir.
Un puñado de españoles seguiremo luchando para evitar que esta atrocidad suceda.

Que la mayoría de los españoles no sean conscientes de la extrema gravedad de lo que está pasando, no es un obstáculo para denunciarlo, sino, por el contrario, la principal razón para hacerlo. Hay que reservar las “medias tintas” para los grados realmente intermedios. Y que un presidente de gobierno siembre indignación entre las víctimas, mientras da esperanzas a sus verdugos no es ocasión para ellas. Más bien lo es para volver a recordar aquella máxima de Marías de que “no hay que rehuir los extremos cuando es menester: una estimación tibia ante lo que merece entusiasmo es un error; un débil desagrado o mohín de displicencia ante lo repugnante es una cobardía”. Una suicida cobardía.

2005-05-15

De concubinas y amancebados

No puedo renunciar a copiar aquí en este cuaderno, el artículo de este domingo, 15 de mayo de 2005 que publica José García Domínguez en Libertad Digital. Y no puedo dejar de copiarlo porque sintetiza la fractura social que el Gobierno surgido tras el atentado de Casablanca, continuado con el atentado de Madrid, y que culminó con el actual Gobierno para desmantelar España, ha supuesto en nuestra nación.
La exclusión que sufrimos quienes no queremos pertenecer a la izquierda que está derivando, sin que ellos mismos sean conscientes, hacia la más extrema izquierda, radicalizada y sectaria, está provocando -o llegando al punto de no retorno- una gravísima escisión en la naturaleza de los españoles. Hasta tal punto, que muchos ya no quieren ser españoles, por más que no los viejos abuelos tengan que repudiarlos porque han pertenecido a la rancia patria que ellos hostigan, sino que incluso sus padres, o sus hermanos mayores, cuando no ellos mismos -de niños, o de jovencitos- han pertenecido -¡y se han enorgullecido!- a esa patria que demuelen estultamente.
Nos acusan de ser miembros de la extrema derecha, nosotros que siempre hemos estado en el mismo centro, incluso escorados a la izquierda cuando hemos creído -injustificadamente- que la esencia que permitiría avanzar en las libertades y en el progreso social, económico, cultural, político, se encontraba defendido o promovido por esas gentes de izquierda.
Después ha resultado que no era así, que las izquierdas no sólo no han promovido las libertades, ni el progreso, sino que han combatido hasta anular la dignidad de las personas humanas -sí, dignidad de personas humanas, porque incluso eso nos han hecho creer, que la persona era humana o no era, cuando eso no es cierto, y la dignidad y el humanismo acompañan y complementan la esencia personal, lo que nunca se han atrevido ni a mencionar en su ideologías las izquierdas, difícil de justificar cuando se anulan algunas de las dimensiones del hombre-.
Si ahora parecemos la extrema derecha no es ni más ni menos que porque ellos se han convertido en la más radical extrema izquierda y no reconocen a nadie más a la izquierda. Nadie más hay a la izquierda, pero nunca asumen que son un extremo del arco político. Como tantas otras cosas que no asumen...

Ahora sí, el artículo de José García Domínguez.
De concubinas y amancebados

Hace sólo dos portadas del ABC, ante las Supremas de Perpiñán, esos ojillos vivarachos y chispeantes de Patxi López parecían recitar: “los muertos que vos matáis gozan de buena salud en el cuarto de los juguetes rotos de La Moncloa”. Si así fuera, por una vez, no mentirían. Igual que no falta a la verdad el otro Trío Calavera, ése que ordena y manda en Barcelona y Madrid, cuando felicita eufórico a Rodríguez y le da la bienvenida al club.
“Por un país de tontos”, rezaban las pancartas prescindibles –por obvias– de los profesores de Filosofía que van a ser extraditados de las aulas a manos de la sonrisa Profident más limpia de Occidente. Diríase que esos pobres desahuciados, las penúltimas ofrendas al púlpito del dios de la Incultura –o como declamaría Zetapé, de Todo Lo Que Es La Incultura–, ya son los únicos que recuerdan el Pacte del Tinell. Porque el lema de la otoñal concubina que dio a luz al tripartito tras llevar al altar a su ajado amancebado, se parece como dos gotas de agua al epitafio de los filósofos. “A por ese país de tontos”. Así resume la divisa de Carod el documento previo al “Sí quiero” que pronunciara Maragall mirándole a él y a su pequeño ahijado comunista; aquél que se solemnizó hace junto un año y medio en el Palacio de los Condes de Barcelona.
Y es que en la letra no tan pequeña del contrato de su sociedad de gananciales, se especificaba: “Los partidos firmantes del presente acuerdo (…) se comprometen a impedir la presencia del Partido Popular en el gobierno del Estado, y renuncian a establecer con él pactos de gobierno y pactos parlamentarios estables en las cámaras estatales”. Además, por si alguno de los contrayentes estuviera tentado de rehuir sus deberes conyugales, una disposición transitoria recalcaría: “Las fuerzas políticas representadas en el Govern de Cataluña se comprometen a que los acuerdos adoptados por el Govern reciban el apoyo explícito de sus representantes en el resto de instituciones (Congreso, Senado, Parlamento Europeo)”. Blanca y radiante compareció aquella tarde la Esquerra del bracete de Maragall. No era para menos: le sobraban los motivos. Porque aún se concertaría una tercera capitulación. Ésa que ordena: “Los acuerdos adoptados por el Govern serán vinculantes para todos sus miembros en las negociaciones con las otras administraciones”.
Dicho y hecho. Al día siguiente de ver a ERC redimida en respetable ama y señora de su casa –y de la del prójimo–, Carod se agarró un chofer de Terra Lliure, y partió raudo hacia Perpiñán. Tenía prisa por diseñar la segunda transición con los managers de las amigas de Patxi. Después de aquello, ya sólo faltaba Rodríguez en el club; mas el Tinell lo dejaba muy clarito: con el PP, ni agua, ni Pacto Antiterrorista, ni acuerdos parlamentarios, ni pésame a las viudas si llegara el caso. Dieciocho meses se ha hecho de rogar el testigo del novio. Un año y medio con la pluma en la mano y sin decidirse a firmar. Hasta hace un rato. Hasta hace dos portadas del ABC.

2005-05-12

Estado de la Nación

Nada nuevo. O sí. El Presidente no muestra el estado de España. Hace un esbozo del País de Nunca Jamás.
Rajoy y su partido son culpados de todos los males de nuestra sociedad.

¿Sorprendente? No, todos lo esperábamos así.

2005-05-11

Una historia de tregua

HAN pasado pocos años, apenas un instante en el devenir de esta vida nuestra, y parece que se ha olvidado todo, que las lecciones de aquellos acontecimientos se han diluido en los azarosos vaivenes de la política, en los silencios del ejercicio del poder.
Situémonos en el verano de 1998. Apenas habían transcurrido doce meses desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco y «ETA estaba derrotada militarmente… (pero) se podía evitar su fracaso político», según le confiesa el dirigente sindical de ELA José Elorrieta a Sagrario Morán. En pocas fechas el resultado de un año de ocultas negociaciones entre nacionalistas se precipita. El 25 de junio, para dar el impulso final, la banda asesina a Manuel Zamarreño; y cuatro días más tarde el Partido Socialista, al evidenciarse la deslealtad de sus socios del PNV y EA, abandona el Gobierno Vasco, no sin que, entre sus filas, se alcen las voces de dirigentes como Eguiguren, Elorza o Huertas contra la decisión liderada por Nicolás Redondo. Sólo pasará un mes para que se reúna la dirección política de ETA con los comisionados de los partidos que quedan en el Gobierno y se perfilen los documentos que, en agosto, serán sellados para solemnizar el acuerdo. De ahí se derivarán el Pacto de Lizarra, con una declaración que preludia la secesión del País Vasco, y el comunicado en el que ETA anuncia el cese de sus atentados. Era el 16 de septiembre y, como aclara Rafa Díez Usabiaga, secretario general del sindicato LAB, «sólo cuando ETA percibe que el PNV y otros sectores… asumen un alto grado de responsabilidad y compromiso… (para) poner las bases de un nuevo escenario político, da la tregua».
Ese mismo día, al dirigente socialista alavés Fernando Buesa, a la sazón portavoz de su partido en el Parlamento Vasco, le fue retirado el servicio de escolta que le protegía de una amenaza cierta de ETA. El caso de mi hermano no era una excepción. Con una rapidez inusitada, el consejero de Interior Javier Balza había dado orden de suprimir la protección de casi todos los amenazados, en aplicación de una doctrina de seguridad que se basaba en la idea de que ya nadie sería objeto de un ataque terrorista. Por ello, desde aquel momento y hasta que algo más de un año después se rompiera la tregua, sólo catorce personas contaron con la protección de la Policía vasca: el lehendakari, el citado consejero y su viceconsejero de seguridad, el anterior ocupante de este último cargo, el diputado general de Álava, el alcalde de Vitoria, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, el juez de vigilancia penitenciaria, los presidentes del PNV y del PP, los secretarios generales del PSE y UA, y un empresario que había sido víctima de un secuestro.

Esa misma doctrina de seguridad indujo la práctica supresión de las actividades antiterroristas de la Ertzaintza, al deshacerse las unidades que se habían especializado en este campo. Su justificación política no podía ser otra que la idea de que, desaparecido el terrorismo, ya no era necesario dedicar los recursos policiales a su persecución. Una idea falsa e hipócrita, pues los firmantes de Lizarra bien sabían que, en el documento suscrito con ETA, se especificaba que ésta mantenía «tanto las tareas de aprovisionamiento como el derecho a defenderse en caso de posibles enfrentamientos», y que la tregua, aunque «se presentará en público como indefinida, tendrá un primer plazo de cuatro meses». Se pagaba así el precio del apoyo de los representantes de ETA en el Parlamento Vasco a la investidura del lehendakari Ibarretxe.

En este ambiente de completa pasividad con respecto a las actividades terroristas, ETA encontró todas las facilidades para continuar amedrentando a la sociedad vasca. Y así, se sucedieron continuos ataques de terrorismo callejero —uno diario como promedio del período de tregua— ante la pasividad de las fuerzas policiales, pues los ertzainas tenían órdenes tajantes de no intervenir. Ello ocasionaría, además de unas pérdidas materiales valoradas en más de seis millones de euros, una creciente degradación moral de los gobernantes. Éstos, como señaló Fernando Buesa, en el que sería el último de sus discursos parlamentarios, se dedicaban «a retorcer el sentido de las palabras» para poder decir «que son solidarios con quienes sufren los ataques y agresiones» y, simultáneamente, «negarse a exigir a las bandas y grupos que los cometen su inmediato y definitivo cese».

Al mismo tiempo, los etarras preparaban nuevos atentados, pues eran conscientes de que su tregua iba a durar poco. Uno de ellos, Asier Carrera, declara que, en los últimos meses de 1998, los miembros de su grupo buscaban «información exhaustiva sobre personalidades de la vida política». Y añade que «fue así como conseguimos elaborar una muy completa… sobre Fernando Buesa,… y en él centramos toda la actividad del comando», llegando incluso a levantar «un croquis detallado sobre la zona donde podía llevarse a cabo el atentado contra él». Por el momento, el alto el fuego iba a demorar ese fatal destino. Pero no tardaría en reanudarse el terrorismo, pues el 28 de noviembre de 1999 ETA puso fin a la tregua. El consejero de Interior tardó unos días en asumirlo y en dar la orden de que se volviera a proteger a algunos de los amenazados. Y, así, el 10 de diciembre cuatro dirigentes del PSE, entre los que se encontraba mi hermano, empezaron a ser acompañados por un ertzaina. Tan exiguo dispositivo de seguridad respondía a una leve variación de la doctrina Balza, que seguía minusvalorando los riesgos y minimizando los recursos policiales, con lo que se ahorraba personal y medios materiales al no utilizarse vehículos blindados o sistemas de barrido de frecuencias, ni realizarse acciones de contravigilancia o estudiarse las rutinas y los itinerarios de las personas protegidas. No sorprende, por ello, que Carrera y sus dos compañeros acabaran realizando sus designios y el 22 de febrero de 2000 asesinaran, haciendo estallar un coche bomba a su paso, a Fernando Buesa y a Jorge Díez, que ese día le escoltaba.

El final de esta historia es sencillo: dos vidas truncadas, dos familias destrozadas; y la impostura enseñoreándose una vez más de la política vasca. Y también son simples las dos lecciones que se desprenden de ella. Ambas conciernen a quienes ejercen el poder y, por ello, conviene recordarlas en estos días en los que de nuevo nos atenaza el delirio de quienes, esta vez desde las filas del socialismo, quieren ocupar una línea en el relato de la Historia, llegando a ella por el atajo de una pacificación engañosa que siempre ha acabado por dar un nuevo aliento a ETA. La primera nos dice que algunos políticos pueden tratar de perpetuarse negociando efímeras treguas con terroristas porque quienes ponen los muertos son siempre otros: una esposa, una madre, unos hijos, unos hermanos. Y la segunda nos recuerda que, como apuntó no hace mucho Pilar Ruiz, «quien pacta con traidores se convierte en traidor». Los que hemos sido víctimas del terrorismo nunca daremos nuestro reconocimiento a esos traidores sobrevenidos y, frente a ellos, exigiremos la memoria para que no se olvide que ninguna razón política justifica los crímenes que se han cometido, y reclamaremos la justicia para que ninguno de esos delitos quede impune.

¿Estado de la Nación?

Hoy se inicia el debate anual sobre algo que comienza a desvanecerse, como casi todo, ahora que el Gabinete está en poder de los socialistas. Pero tan trascendental asunto pasa casi desapercibido -¿ven como es cierto que todo se difumina imprecisamente?- ante los graves insultos a la dignidad que protagonizan sectores de socialistas en esos rincones de la tan añorada España.
En estas mismas páginas he recogido ya otras palabras para socialistas y sólo puedo remitirme nuevamente a ellas, porque inútil sería -como ya los hechos demuestran que inútil ha sido- repetirlas.
Quisiera equivocarme pero temo que se está fraguando un drama, aun cuando estemos en el primer acto. El planteamiento se sintetiza en los siguientes hechos:

1. La infamia provoca la constitución de un gobierno que renuncia a su legitimidad, entregándose y, sobre todo, carente de escrúpulos.

2. El gobierno promueve la destrucción del Estado constituído, ignorando los procedimientos legítimos reconocidos en la vigente Constitución y en el ordenamiento jurídico.

3. Los pactos secretos -ocultados a los ciudadanos y a las instituciones- provocan unas actuaciones sorprendentes y descabelladas pero, sobre todo, muy preocupantes por las repercusiones sociales, económicas, etc.

A estas alturas, no es posible ignorar que los socialistas en el poder -que no en el gobierno, porque España no ha estado nunca más desgobernada- están pactando hasta con el diablo. Y no sabemos para qué.
Si sospechosa -incluso para los pocos socialistas con dignidad- resultaba la actuación del Gobierno ante la estrategia nacional socialista en Cataluña, nacional terrorista en el País Vasco, la confirmación de los apoyos parlamentarios que sustentan el poder de los socialistas, aclara todas las dudas y despeja -salvo para quienes no quieren ver- el panorama de indignidad e ignominia que promueve el Sr. Rodríguez y sus secuaces.

¿Para qué sirven las voces de Gotzone Mora, Rosa Díez, Francisco Vázquez...?
Irán callando esas voces, como callaron las voces de Nicolás Redondo, Antonio Asunción...

2005-05-10

LA AVT DENUNCIA LA REUNIÓN DE PATXI LÓPEZ CON EL PCTV

<>10 de mayo de 2005

La Asociación de Víctimas del Terrorismo desea denunciar la reunión que mantendrá en el día de hoy, el candidato a Lehendakari del PSE-PSOE, Don Patxi López, con los dirigentes del Partido Comunista de las Tierras Vascas. La AVT considera que dicho encuentro supone un insulto a la memoria de las víctimas del terrorismo, ya que existen indicios irrefutables como los informes realizados por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la presencia de interventores de Batasuna durante la pasada jornada electoral, o las muestras de alegría por los resultados obtenidos el pasado 17 de abril de Arnaldo Otegi junto con la cúpula de dicho partido, para considerar que nos encontramos ante una formación política que únicamente es una variante más del entramado Batasuna-ETA.

De esta forma, el Sr. López se reunirá en su despacho con quienes se han negado a condenar los atentados que causaron la muerte a más de 800 personas, entre otras de numerosos miembros del Partido Socialista que dieron su vida por defender la paz y la libertad en el País Vasco.

La AVT se encuentra tremendamente preocupada por el retroceso en materia antiterrorista que se está sufriendo en nuestro país, cuando merced al extraordinario trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y a la firmeza del Pacto Antiterrorista, ETA se encontraba en el peor momento de su sangrienta trayectoria. Este tipo de actitudes únicamente sirven, como por desgracia ha demostrado la historia, para insuflar aire a quienes tanto dolor y sufrimiento han provocado en nuestra sociedad.

Banderas

Banderas que ondean al aire.
Unas, tremolan con la brisa fresca de la libertad. Otras, agitadas por corrompidos aires de totalitarismo.
Desfilan todas ellas con orgullo, arrastren miserias o despotismo, encubriéndolo o proclamándolo, como si trataran de combatir el despotismo y acabar con la miseria.

Pero nada nos importa -si renunciamos a principios y valores-, y tanto vale lo bueno como lo malo.

No juzgamos... o sí -porque ya lo hemos hecho-, siervos somos del prejuicio.

Desfila una bandera ante nuestra mirada y afrentamos lo que representa... porque representa el orgullo de quienes luchan por la libertad.

Desfila una bandera ante nuestra mirada y rendimos homenaje a la atroz represión que significó en la anulación de millones de vidas humanas.

Es la diferencia entre el ayer y el hoy del Sr. Rodríguez.

Homenajes y afrentas...
Símbolos...
Banderas...

Mas, hay vidas de millones de personas tras esas banderas.
Mueren tras ellas todavía hoy: unos, defendiendo la libertad; otros, sometidos a abyectos crímenes totalitarios.

2005-05-09

Hay motivo en Galicia

No es infame que pretendan mostrar -aunque tengan que recurrir a la más refinada manipulación- una visión crítica de la realidad social, económica o política, de la Galicia gobernada por el Partido Popular, presidiendo todo un personaje para la historia de España: Manuel Fraga.

No. Apenas resultó infame la elaborada crítica plasmada con más pena que gloria en la recopilación de cortos ante la convocatoria electoral de marzo de 2004 para las Generales. Sí, esa formidable película titulada sesgadamente "Hay motivo".

Lo infame es que estos "artistas e intelectuales", se proclamen únicos críticos de la realidad social para atacar sectariamente a un partido.

Si tan conscientes son del papel que representan como referentes sociales de la corrección social, política y ética, entonces, ¿porqué callaron, infames, ante la más burda expresión de la democracia secuestrada en manos sanguinarias en el proceso vasco?

¿No hay motivo para clamar justicia, dignidad, memoria, en el País Vasco?
¿O lo de menos es el motivo?

2005-05-08

El Presidente con un puñado de víctimas

Es triste espectáculo.
Triste y espectáculo. Así lo ha querido. Así pretenden remover el odio, el rencor y el enfrentamiento.
El Sr. Rodríguez, que preside el Consejo de Ministros del Reino de España, seguramente preferiría estar presidiendo un gabinete al servicio de una república. Aun cuando fuera una república constituida frente a la mitad de los ciudadanos.
Seguramente el Sr. Rodríguez se considera un adalid de las libertades, tratando de reivindicar el pasado ominoso de los verdugos, que se convirtieron en víctimas por la traición de quienes se habían erigido en estandartes de la beligerancia más radical, de finales del primer tercio del siglo XX.

El Sr. Rodríguez ha querido reivindicar la memoria de unas víctimas. Españoles que murieron en el extranjero.
El Sr. Rodríguez no quiere reivindicar las memoria, la dignidad y la justicia para las víctimas de los españoles que mueren en España.
El Sr. Rodríguez, en España, no sólo no reivindica la memoria de las víctimas, sino que aclama y rinde homenaje a los verdugos.
El Sr. Rodríguez se marcha a Mauthausen quizás para olvidar Paracuellos del Jarama.

El Sr. Rodríguez es un infame.